Garras de mujer

50 3 0
                                    

Pasa un mes desde el incidente y, aunque a Nicole y a mí nos ha costado adaptarnos a las clases y al temario, lo conseguimos.

Llego a casa y lanzo la maleta a una esquina, pesa un huevo y no puedo traer menos porque tengo mucho que estudiar.

—¿Eres tú? — escucho decir a desde la cocina.

—Si te refieres a tu hermosísima novia, sí, soy yo— entro en la cocina y veo su sonrisa, esa sonrisa sincera y dulce que me encanta, esa que le llega a los ojos y se los pone chinitos.

—¿Qué tal el instituto? — me siento en la isleta frente a él.

—¿Qué tal tus negocios?

—Bien.

—Lo mío también— sonreímos.

Almorzamos los dos solos entre charlas y una vez terminamos de comer me excuso para ir a estudiar, tengo un examen de historia mañana.

Nuestra relación ha ido mejorando con el tiempo, cosa que me causa desagrado.

¿Cómo he podido ceder a mi odio? ¿Cómo puedo ya no sentir nada negativo hacia él?

Me siento en mi escritorio y trato de centrarme en la historia contemporánea.

Me tiro horas estudiando, pero esto nunca fue lo mío.

Venga, Victoria, solo es la Primera Guerra Mundial...

—¿Cómo vas? – pregunta Aiden entrando en mi cuarto, me giro en mi silla giratoria para mirarlo con una expresión digna de una asesina en serie— ¿Tan mal vas?

—No entiendo nada— él suelta una risita y se acerca.

—Pero... Victoria, esto es historia ¿Qué es lo que no entiendes? Y... joder, parece de segundo curso— frunzo el ceño indignada.

—Muchas alianzas, mucho lío— pongo los ojos en blanco.

Aiden se ríe y yo le golpeo el brazo, molesta. Pero él se sienta a mi lado y se pone a ayudarme, estamos horas estudiando juntos hasta que consigo retenerlo todo en mi cabeza.

Al día siguiente entro confiada al examen y, lo más importante, tranquila. Relleno todos los huecos, escribo todo lo que recuerdo en las preguntas de desarrollar y me acuesto sobre el examen al terminar hasta el fin de la clase.

Clavado.

—Hola, Vicky— una voz femenina me saluda a mi lado, giro la cabeza y veo que es Daniela, una chica que está conmigo en clase de historia.

—¡Hola! ¿Te ha ido bien en el examen? — sonríe.

—Sí, ¿y a ti? — le devuelvo la sonrisa.

—También.

Caminamos una al lado de la otra por el pasillo hasta que Daniela se da la vuelta y comienza a andar de espaldas delante de mí.

—Me he fijado en que la otra chica nueva y tú lleváis un mes aquí, pero no os he visto acercaros a nadie— asiento y la agarro del brazo para apartarla de un tirón antes de que un grupo de amigos con chupas de cuero se la lleven por delante como una manada de ñus—. Quería preguntarte si queríais comer tu amiga y tú en el comedor conmigo. Así podemos conocernos y podemos ser amigas— se encoje de hombros con ilusión, mostrándome una bella sonrisa.

—Estaría muy bien— le sonrío—, te buscaré en el comedor— ella me devuelve la sonrisa y se va en la otra dirección.

Un grito de su parte y risas de parte de algún niñato me hacen girarme. La ira me domina al ver al niñato de antes agarrando el cabello de Daniela.

MineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora