11- Trust.

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Alice y Billy se encontraban en el sofá en medio de la pequeña sala, ella recostada contra su pecho y él dejando pequeñas caricias en su cuerpo, lo cual no ayudaba al estado de la chica que luchaba por mantenerse despierta.

—Dan asco —se burló Diez.

Amelia por su parte los observaba con cara de pocos amigos desde el otro extremo de la habitación, algo que solo Camille y Billy habían notado.

—Atención todos. Anoche mientras nosotros dormíamos el embajador murió —el grupo se quedó pasmado ante las palabras del líder, pues se suponía que no había ningún riesgo y su recuperación sería rápida—. Dos está cobrando algunos favores y realizaran una autopsia para saber la causa de su muerte, pues estaban intentando enviarlo a los Estados Unidos sin realizar una, asegurando que podría ser por las heridas de su cuerpo, aunque la hija sostuvo que estaba en buen estado antes de que ella dejara la habitación. De haber sido de causas naturales volveremos a nuestro hogar y dejaremos esto aquí...

—Y si es un homicidio nos quedaremos aquí, ¿No? —el líder asintió ante la conclusión de Ocho—. ¿Por qué siento que nos quedaremos por mucho más tiempo?

—Porque hay muchas sospechas de que así haya sido —respondió Siete seriamente.

—Solo debemos esperar unas horas, mientras tanto quiero que estén listos para lo que sea que siga, ya sea irnos o permanecer aquí meses —el grupo entero asintió en silencio mientras se retiraban de la pequeña sala de estar.

—Mientras tanto, Dos y Tres prepárense para interrogar a la secretaria del embajador, iremos por ella en unos minutos.

El equipo se había refugiado en un pequeño complejo de apartamentos abandonado, donde se encontraban más personas las cuales se encontraban en situación de calle. El lugar no era concurrido por la policía, dado a que era bastante peligroso, pero no parecían correr riesgo debido a las expresiones de las personas al verlos llegar. Aunque de todos modos se encontraban más alerta que nunca debido a la muerte del embajador y lo sucedido veinticuatro horas atrás.

—¿Dormimos un poco más? —preguntó Cuatro frotándose su rostro.

—¿Quieres dormir? Yo estoy bien, probablemente salga a hacer algo.

—No creo que sea buena idea dejarte ir sola.

—Puedo pedirle compañía a alguno del grupo, te ves cansado, deberías tomar unas horas más de sueño.

—¿Tu crees? No hemos pasado mucho tiempo juntos.

—¿Prefieres que me quede aquí en la cama contigo?

—Definitivamente, prefiero dormir abrazado a ti —dijo tironeando de su brazo.

—Ugh Billy, te dije que detuvieras esos comentarios cursis —se quejó divertida mientras caminaban a su pequeña habitación.

—No puedes cambiar mi forma de ser.

—Definitivamente has cambiado mucho en el tiempo que estuviste lejos.

—¿A qué te refieres?

—No eras así

Billy se dejó caer de espaldas en la cama y golpeó el lugar a su lado para que Alice lo acompañara en sus horas de sueño. Ella obedeció sin presentar queja alguna, pues los brazos de Billy siempre serían uno de sus lugares favoritos.

—¿Tanto he cambiado?

—Bueno... si eras un poco cursi y pegajoso, pero no tanto como ahora. No me molesta para nada, pero es raro —ambos sonrieron—. De todos modos los comentarios que hago al respecto son en broma, no quiero que cambies tu manera de ser conmigo.

The Driver (Six Underground)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora