18- She.

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Alice y Billy caminaban por el centro de la ciudad. Uno les había dado unas mini vacaciones, pero sin salir de la ciudad ya que estaban preparandose para una misión que se había visto obligada a retrasarce por la recuperación de Cuatro, Ocho y Diez. Cinco se negaba a que Diez hiciera esfuerzo hasta que su herida sanara, y los morenotes de Cuatro y Ocho habían desaparecido dos semanas luego de lo ocurrido, lo cual la preocupaba un poco.
Ambos caminaban hablando animadamente, ella llevaba una peluca y él un sombrero y lentes, no podían arriesgarse a que alguien los viera y reconociera.
Alice contaba una anecdota divertida cuando notó que la sonrisa de su novio se borraba y miraba fijamente a una mujer caminando.

—¿Qué pasa? Parece que viste un fantasma- dijo confundida ante la mirada del rubio-.

Billy permaneció en silencio y la tomó de la mano para rápidamente cambiar el curso de su caminata. Aunque Alice ya había notado que estaba con su mirada sobre una castaña con un traje costoso que se alejaba.

Cuatro- lo llamó pero él la ignoró-. ¿Quién estaba ahí? Sabes que puedes decirme.

—¿Recuerdas la historia? ¿Todo lo que pasó luego de separarnos?- ella asintió-. La chica que me dejó caer...

—¿Era ella?- el rubio asintió-. Pues será mejor que no te vea- él solo permaneció en silencio observandola-.

—No hagas nada, por favor.

—Ey, solo quiero saludar.

Billy intentó sostener su brazo para que no se alejara pero su intento fue en vano ya que ella logró escapar y dirigirse hacia la muchacha. La siguió unas cuadras hasta que la vio girar en un callejón. Observandola desde lejos notó que un pelirrojo salía de las sombras acercandose a ella y entregandole dinero, mientras que ella le entregaba una bolsa. Cuando el hombre se alejó y la chica quedó sola fue la oportunidad perfecta para que Alice se acercara.

—Disculpe, señora...

—¿Si?

—Yo la conozco- dijo felíz ganandose una sonrisa por parte de la muchacha-. Es la que robó el collar.

En ese momento la chica palideció y miró a los lados, buscando una manera de escapar, su miedo era demasiado notorio por lo que Alice sonrió ampliamente.

—Dejaste caer a tu compañero, nunca fuiste a buscarlo, tampoco a su funeral- se acercó-. Lo dejaste por su cuenta, y mirate, oliendo a perfume caro, vistiendo esas prendas.

—No sé de qué hablas.

—Claro que no- susurró-. El robo nunca fue planeado de esa manera. La avaricia les jugó en contra. ¿Te sientes bien al saber que tu compañero murió por tu culpa? Solo tenías que tomar su mano, pero por dentro solo te interesaba quedarte con el collar.

—Me confundes con otra persona.

—Por favor, sabes de lo que hablo. El Kalihari querida. Pobre Billy, confió en ti y tu solo lo dejaste caer- hizo un sonido con su lengua-.

—No- negó desesperadamente-. No es cierto, volví por él, pero no estaba.

—Si claro- sussurró cerca de su cara-. Yo lo vi, vi como huiste y no miraste atrás, incluso exclamaste felíz que eras rica.

—Volví por él.

—Mientes, todo lo que sale de tu boca son puras mentiras- entrecerró sus ojos-. Podría, no lo sé, ¿Asesinarte? ¿Robar tus joyas? Tantas cosas para hacer y tan poco tiempo.

—¿Cómo me encontraste?

—Se podría decir que tu me encontraste a mi, o que la vida te puso aquí por casualidad. Que suerte- sonrió-. Ahora, ¿Qué haré contigo?

The Driver (Six Underground)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora