6- The russian.

602 44 0
                                    

—Muy bien, como lo ensayamos. Mantenganse a salvo. Si mueren no van a poder ayudar en nada.

—Mierda Siete ya suenas como Uno- se quejó Javier-.

—Si que hace frio en Rusia- dijo Alice saliendo del auto y frotando sus piernas y brazos-. Mierda, siento que voy a morir del frio, este cuerpo necesita tequila urgentemente- Tres rió, todos la observaban atentamente. Con los abrigos que usaban no habían tenido la oportunidad de apreciar su atuendo-. Mis ojos están aquí Diez. Hacía rato no me sentía tan bonita, gracias muchachos.

—En marcha Dos.

Cinco llamó la atención de la rubia quien de mala gana caminó junto a ellas.

—Sigo pensando que no seré de mucha ayuda- dijo molesta-.

—No lo sabremos hasta que pase.

Los tres hombres observaban a las chicas alejarse, las tres con vestidos cortos. No les costó nada que los guardias del club las dejaran pasar. Ellas le dieron una mirada divertida a sus compañeros en la fila, quienes tenían como todos los demás la vista en ellas. Al instante el ambiente pesado con olor a alcohol, humo de cigarro, y luces de colores las abrazó.

—Como lo planeamos, Dos a la barra, Ocho a la pista y yo a los vip- las tres asintieron y se separaron-.

La idea consistía en que Dos, Cinco y Ocho se adentraran al club en busca de uno de los cercanos del ruso que tenía a Uno, quien lo encontrara lo seduciría y se irían de ahí, el resto del equipo los seguiría para secuestrarlo y para poder interrogarlo, se escuchaba mucho más fácil de lo que en realidad era.
Cuatro y Nueve entrarían al club minutos después que ellas, intentando ver si necesitaban algun tipo de ayuda, mientras tanto, estarían en la fila de la puerta esperando a que avanzara.

Dos estaba sentada en la barra bebiendo calmadamente intentando reconocer por algun lado al hombre mientras rechazaba a quienes se acercaban, por su lado Ocho y Cinco hacían lo mismo, cada una sin éxito y temiendo haber llegado tarde.

—¿Alguna lo ve?- preguntó Dos a traves del auricular-.

—Negativo- respondieron ellas al mismo tiempo-.

Alice soltó una pequeña risa mientras caminaba entre la multitud. Comenzó a moverse lentamente al ritmo de la musica, girando ocasionalmente para mirar a todos a su alrededor.
Tardaron alrededor de una hora en ubicarlo, por lo que Cuatro y Nueve, ya habían ingresado al lugar. Para su suerte el ruso estaba ahí y parecía no tener intensiones de abandonar el club aún.

Ocho, está justo detras de ti- dijo Cinco-. A tus cinco, se disimulada, Dos, vamos a acercarnos. Hagan lo necesario para llamar su atención.

—Yo digo que le gustan más las rubias- dijo Alice intentando evitar el tener que acercarse-.

Ocho- dijeron ambas en todo de advertencia-.

—Bien- respondió entre dientes.

Alice pensó en la ubicación que Amelia le había dado, a sus cinco. ¿A sus cinco? Los nervios no la dejaban recordar un reloj y en dónde estaba el número cinco. Sabía que estaba detras de ella, por lo que giró lentamente con sus ojos cerrados. Al abrirlos notó que el hombre la observaba, sonrió timidamente y continuó mirando a los demás intentando disimular lo nerviosa que estaba debido a la mirada del ruso.

—Bien, captaste su atención- dijo Dos-.

—Aún tiene su mirada en ti.

Cuatro, que escuchaba lo que hablaban apretó los puños, confiaba en que el ruso fijaría su atención en Cinco o Dos. Nunca pensó que se fijaría en Ocho.

—¿Cómo va todo?- preguntó Siete-.

—Vamos bien, Ocho ya captó la atención del ruso- respondio Nueve-.

—Genial, gracias Nueve.

Billy rodó los ojos mientras escuchaba la conversación, es que estaba molesto, los días de entrenamiento, ensayo y planificación Nueve había estado coqueteando con Ocho, ambos parecían muy a gusto. Y no lo culpaba, Alice era hermosa, alegre, inteligente, basicamente perfecta ante los ojos de cualquiera. Y él no se había acercado a disculparse, su orgullo se lo impedía, basicamente se la había dejado en bandeja de plata al idiota del chico nuevo.

Ocho, aún tiene su mirada en ti, intenta algo para que se acerque. ¿Tal vez, una mirada y a los sanitarios?- propuso Cinco-.

—Carajo, no me gustan los rusos, que prefiero a los latinos- se quejó y todo el equipo rió, todos menos Cuatro-.

La castaña giró y le sonrió al ruso quien le devolvió el gesto. Ella giró aún sonriendo y se dirigió a los sanitarios como le habían dicho.

—Me dirijo al baño.

—En marcha muchachos, ya saben lo que sigue, acerquense a las chicas para luego salir con ellas- dijo Siete y los dos siguieron las ordenes-. Esperemos esto funcione- le dijo a Tres quien rió-.

Billy se acercó a Cinco mientras que Nueve estaba junto a Dos. Todos vieron como el ruso se dirigía a los sanitarios en un intento de ser disimulado, pero claramente no lo había sido.

Ella entró a uno de los sanitarios intentando calmar sus nervios.

—¿Pueden decirme algo? Necesito algunas palabras para relajarme, si no les molesta.

—Todo estará bien. No dejaremos que mueras- dijo Nuece ganandose un bufido de Cuatro-.

—Estaremos aquí- comenzó el rubio-. No dejaremos que te pase nada, solo llevalo a la casa y dejanos encargarnos del resto, no te pasará nada y llegaras sana y salva al hotel. Es pan comido- Billy dudó en decir otras cosas-. Tu puedes Ocho.

Ella asintió y suspiró.

—Gracias.

Al salir del baño tuvo que ahogar un grito al sentir que alguien la tomaba de la cintura y se acercaba a su oido.

—Hola- la hizo girar lentamente, el hombre era alto, demasiado, por lo que ella tuvo que alzar la vista-.

—Usted es el hombre que no quitaba sus ojos de mi- intentó sonar sexy-.

—¿Cómo hacerlo? Si mueves tus caderas de esa manera.

—Bueno, lo hacían con un objetivo- dijo sonriendo-.

—¿Y bien? ¿Funcionó?

—No lo sé. ¿Tu qué piensas?

El hombre mordió su labio y se acercó para besarla. Para sorpresa de los que observaban ella correspondió el beso.
Nueve rió por lo bajo mientras que Cuatro apretaba su puño bebiendo de su copa.

El ruso la pegó a la pared suavemente, el beso era suave lo cual solo confundía más a Alice, definitivamente no era lo que esperaba.
Les dio una mirada rápida al resto del equipo, notó que Cuatro y Cinco se besaban mientras que Dos reía junto a Nueve. Sintió su corazón encojerse al ver la escena pero volvió su atención al rubio frente a ella.

—¿Qué te parece si vamos a otro sitio?

El equipo se movió rápidamente cuando escucharon a Ocho decir las palabras claves.

—Tengo el lugar perfecto.

El ruso tomó la mano de la castaña para salir de ahí rápidamente y subir a su auto.

The Driver (Six Underground)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora