5- Tvoy konets blizok.

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—¿Empacaste todo?- preguntó acercandose-.

—Sip- se limitó a decir mientras colocaba la mochila en su hombro-.

Las cosas entre Alice y Billy no estaban para nada bien. Por suerte nadie lo había notado, solo Tres, pero no comentaba nada al respecto.

—Casi lo olvido Ocho. Esto es para ti.

Siete le entregó una bolsa con ropa, consistía en una camisa, pantalones, botas y una chaqueta, todo color negro. Ella agradeció y observó a Dos acercarse dando tres palmadas.

—Vamos, todos al avion, debemos emprender marcha lo más rápido posible.

—Rusia, ¿Quién lo diría?

—Siempre has querido visitar Rusia- sonrió Billy-.

—Que pena que sea con este motivo, ¿no?- el rubio asintió-.

Dos y Siete piloteaban el avión, en uno de los asientos se encontraba Cinco, frente a ella Cuatro. A un lado Tres y Diez, Nueve y Ocho estaban hombro con hombro disfrutando de una pelicula en una tableta, ambos reían levemente intentando no despertar a Tres que dormía.
Los ojos de Alice se posaban rápidamente en Billy, quien murmuraba y sonreía junto a Amelia.
Las palabras de Javier volvieron a su mente, tal vez Billy estaba en una relación, y ella no quería entrometerce en eso, que haya tenido una relación con él no le daba el derecho a intervenir en la nueva, pues eso había pasado hacía ya muchos años.

—Ey, ¿Por qué esa cara larga?

—Un poco de sueño, solo eso- sonrió-.

—¿Segura? Si la película es aburrida podemos cambiarla- sugirió-.

—La película está bien, solo es cansancio, ya vuelvo.

—Aquí te espero- ambos se sonrieron-.

Lo que ninguno notó fue que Billy los observaba con Amelia durmiendo a su lado.
Alice se levantó del asiento y se dirigió al baño, se sentía cansada y sin ánimo, lavó su cara rápidamente y se sentó en el suelo soltando un suspiro. Las imagenes de Billy junto a la latina volvieron, riendo, murmurando cosas con sus caras demasiado cerca, las miradas que compartían. Incluso los pequeños besos que ella le robaba haciendolo sonreír.
Echó su cabeza atrás golpeandose con la pared, extrañaba a Tamara, sus charlas hasta el amanecer, las salidas con amigos, beber, reír, extrañaba su trabajo y su vecino lindo que la había invitado a salir tres días antes de que Billy apareciera en su puerta. Extrañaba su vida cuando todo era un poco más fácil, comenzaba a cuestionarse si unirse al equipo había sido la mejor decisión.
Le molestaba el echo de extrañar todo eso que en su momento la estaba aburriendo, pero más la molestaba el estar llorando por eso, nunca lloraba, siempre se guardaba sus sentimientos para ella misma, pretendía que nada le importaba y esta no era la ecepción. Había estado fingiendo desde el primer día, cuando al llegar el refugio la tristeza la había invadido. Pensó que era algo del primer día, pero tal parecía que estaba equivocada.

Dos golpes en la puerta la sacaron de sus pensamientos.

—Está ocupado- dijo de la manera más amable posible. Otros dos golpes complicaron un poco más las cosas-. Que está ocupado mierda.

Los golpes no sesaban por lo que se levantó secando sus lagrimas y abrió la puerta de manera brusca encontrandose con Cuatro observandola.

—¿Tanto te urge cagar que no puedes esperar dos segundos?

—No es necesario que seas tan brusca.

The Driver (Six Underground)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora