21- Miss you.

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—¡Alice! —la nombrada se detuvo en su lugar y esperó a que el rubio se acercara—. ¿Caminamos juntos?

—Tu casa queda en dirección contraria a la mía.

—Aún así, me gustaría ir contigo.

—Pues andando —dijo no muy segura.

Ambos comenzaron a caminar en silencio. A lo lejos muchos los veían. Los amigos de Alice sabiendo cuan loca estaba por el rubio, y los amigos de Billy sabiendo lo atraído que se sentía él por ella. Y ambos ajenos a los sentimientos del otro, debido a la vergüenza que sentían al estar cerca.
Era algo increíble que Billy se mostrara tan tímido frente a ella, pues destacaba por ser uno de los más buscados por las chicas y con una personalidad que lo hacía resaltar casi tanto como su aspecto, ni hablar de su confianza. Pero cuando estaba con Alice su personalidad cambiaba por completo.
Y ella... Bueno, ella era tímida con todo el mundo, aunque estando con Billy sentía la confianza justa para hacer chistes y hablar de todo lo que se le pasara por la mente.
Se complementaban.

—¿Oíste de la fiesta de Patrick? —habló él rompiendo el silencio algo incómodo.

Lastima que se encontraban a una calle de la casa de Alice. Bueno, la casa de la amiga de Alice.

—¿Iras? preguntó ella con un brillo de ilusión en sus ojos. Pues no esperaba que el asistiera.

—Puede ser, ¿Y tu?

—Si no voy él no me lo perdonaría —respondió y ambos rieron—. ¿Quieres que pase por ti? Vayamos juntos.

—Oh Alice no quiero molestarte, además no era para eso, solo quería saber si vale la pena ir a esa fiesta o no.

—Pues allí estaré, y también pasaré por ti, en la tarde mi auto estará listo, no te preocupes por eso.

Billy estaba al tanto de las carreras a las que Alice asistía, al principio no estaba muy seguro de si era algo bueno para ella, pero con el tiempo y luego de verla correr algunas veces entendió que era buena idea y que ella era muy buena en eso.

La mayoría de las veces la veía a escondidas, como un admirador, aunque algo tétrico según sus amigos. Claro que ella no lo sabía. Otras veces asistía con sus compañeros, los pocos que estaban al tanto de lo que la chica hacía.

—Alice... En serio, no es necesario.

—Paso por ti a las ocho —dijo antes de subir las escaleras de la entrada de la casa.

—Estaré esperando por ti entonces respondió algo resignado.

—Genial, nos vemos en unas horas.

Billy sonrió mientras la puerta se cerraba, luego comenzó a caminar sobre sus pasos para volver a su casa, le esperaba un largo camino. Sin saber que apenas giró, Alice volvió a abrir la puerta para verlo alejarse y luego girar al final de la calle. Solo cuando el rubio estuvo fuera del alcance de su vista ella entró a su casa.

—Te extraño —murmuró Alice observando sus pies.

Era uno de los recuerdos favoritos de ella, en ese entonces hablaba poco y nada con Billy, no se sentía capaz de hablar con él de manera fluida sin demostrar sus sentimientos, el miedo a ser rechazada siempre estaba presente en su mente. Aunque no lo demostraba.

El tiempo pasaba pero ella no era consiente de ello, al estar bajo tierra en ese sótano no sabía si era de día o de noche, era imposible saber cuánto tiempo llevaba allí, su cuerpo dolía por no poder moverse con libertad y por estar sentada en una silla tan incómoda.
Solo podía pensar en Billy, y en sus compañeros, seguramente estaban reunidos planeando algo, todos peleando por no estar de acuerdo o porque pensaban que el plan era demasiado arriesgado. Sin duda ella estaría divertida de escucharlos gritándose unos a otros, aunque en otro escenario completamente diferente claro.
Esperaba que fuera lo que fuera que estaban haciendo ayudara en algo a su plan de escape.

The Driver (Six Underground)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora