14- The end?

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—¿Ocho?

—¿Tres?- se movió y miró a los lados. Por un momento pensó que su cabeza le estaba jugando una mala pasada-.

—¿Están bien? ¿Por qué gritas?

—Hirieron a Cuatro, no se mueve. Está en el suelo, no responde. ¿Están cerca?

—Tranquila pequeña, estamos cerca, oímos los disparos. Necesito que te concentres y salgas de ahí, que nadie te vea.

—Pero Cuatro.

—Herida o muerta no podras ayudar a nadie.

—No me moveré, no pienso hacerlo, debo ayudarlo, debemos terminar con esto.

—Bien, intenta localizar al resto de los tiradores y elimínalos- intervino Siete-.

—Creo que puedo hacer eso.

—Ya lo sé. Confiamos en ti, tomate tu tiempo. Estaremos ahí en un momento.

—Esta chica es genial Uno, te va a encantar, ya lo veras- Tres continuaba hablando por el auricular, Ocho supuso que iban en diferente transporte-. Su puntería, tiene una gran habilidad para conducir y disparar, ni hablar los tragos y la comida ella...

—No es momento para esto Tres.

—Ay, vete a la mierda.

—No entiendo, tu mama por si acaso.

—¿Qué te pasa con mi madre cabrón?

—Por favor niños, no dejan que me concentre- intervino Ocho-.

—Perdón niña.

Unos disparos se escucharon y Tres sonrió al escuchar cómo la joven confirmaba tres bajas. Al instante el grupo encontró el lugar en donde se encontraban sus compañeros, los muros eran altos con alambres de puas, unas rejas enormes que estaban cerradas. Al bajar de los autos todos se acercaron para abrir las rejas, cosa que les llevó un momento.

Ocho, ¿En dónde estás?

—En el techo- dijo levantando su mano, Javier rió y saludó-.

—¿Todo despejado?

—Por ahora.

—Bien equipo, vista al frente, atentos. Dos, Tres y Cinco mantenganse alerta mientras intentamos abrir la reja. Ocho, tu también mantente alerta- al fin habló Uno-. Siete, ve si puedes subir a esa torre para vigilar.

—Por un momento creímos que no lo habían logrado.

—¿Qué?

—Sus localizadores se habían apagado, luego de unas horas esperando alguna señal se encendieron y permanecieron inmóviles por horas. Al instante nos pusimos en marcha, luego cuando notamos que se movían al fin nos aliviamos un poco.

—Gracias por venir por nosotros.

—Ey, somos su familia ahora. No los abandonaremos.

Todos se mantenían en silencio mientras que Tres y Ocho intercambiaban palabras. Dos se acercó al cuerpo de Cuatro.

—¿Ves algo?

—No, no por el momento. Creo que hemos acabado con todos.

—Bien, supongo que puedes ir bajando, iré a ver cómo está Cuatro.

—Está bien- dijo la rubia en cuanto vio a Tres a su lado-. Está recuperando la conciencia, el impacto en el chaleco fue fuerte, supongo que la falta de comida y agua ayudó a que se desmayara.

The Driver (Six Underground)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora