Durante los siguientes días, tanto Yami como Tea mantuvieron una distancia prudente en la que sólo hablaban de asuntos del trabajo. Para evitar buscar la forma de reunirse para platicar, ambos se juntaban con sus parejas a la hora de la comida y así le dedicaban tiempo a lo suyo sin contactarse por temas personales.
Tea pensaba que quizá Yami tenía algo que ver con su vida pasada. Era demasiada coincidencia que su colgante tuviera las iniciales de Yugi y Anzu y que, sobre todo, Yami tuviera como segundo nombre Yugi. Algo en su interior le decía cosas, pero prefería mantener distancia lo más posible y proteger su matrimonio.
Por otro lado, Yami estaba cada vez más perturbado por el parecido de Tea con su amiga. No creía en las historias de las personas que se parecen o en los hermanos gemelos perdidos. Además de que sentía una sensación familiar cada vez que compartía tiempo con Tea.
Ni Kaiba ni Serenity sospechaban lo que pasaba con sus parejas. Serenity continuaba con la idea del compromiso cuando se arreglaran los asuntos de fusión de ambas compañías; Kaiba también pensaba continuar con su matrimonio habitual una vez terminaran de fusionarse las empresas.
Al menos para ellos todo era normal. Kaiba se había acostumbrado a la presencia de Yami y al no hablar de temas personales le facilitaba el trabajo. Serenity mantenía la distancia para no perder su compostura, aunque seguía sin confiar en Kaiba y Tea.
Finalmente llegó el día en que los cuatro tendrían que estar juntos conviviendo: la fiesta de cumpleaños de Sigfried.
Esa tarde, Tea se vistió con un vestido de fiesta elegante que hacía lucir su cuerpo bien formado y unos zapatos de tacón con brillantes.
Mientras se maquillaba con un maquillaje sencillo para la noche, volvió a contemplar su reflejo fijamente como lo había hecho unos días atrás. Si el pasado salía a la luz lastimaría a Kaiba, pero quizá podría descubrir más sobre su vida.
Siempre sufrió por no tener recuerdos sobre quienes eran sus padres o si tenía hermanos, primos o amigos antes de despertar en el hospital donde se encontraba cuando la hallaron en los escombros de la ciudad.
"Yami Yugi Moto"-dijo en su mente-"Si de verdad eres el Yugi de mis recuerdos tal vez tú sepas quien soy"
Más se detenía por el hombre que amaba.
-"Pero...¿y si lastimo a Seto por hurgar mi pasado?"
Abrió el cajón donde tenía su tesoro, ese corazón de madera que representaba lo único que la conectaba con las memorias perdidas. Lo miró fijamente reflexionando sobre si era correcto mostrarle el colgante a Yami para saber si él la conocía o sabía algo.
Tembló ligeramente su mano con el corazón dentro. Temía por Kaiba, por ella, por su matrimonio, por Martha, por todo lo que había formado como Tea Gardner, ahora Tea Kaiba. Estaba arriesgándose a perder todo por recordar solamente siete años de vida. Los primeros sietes años de su infancia.
Tras meditarlo por unos minutos, agarró una cadena de oro y se colocó el pendiente en el cuello. Finalmente había llegado el día de usarlo en público después de tantos años.
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La mansión de Sigfried era enorme, con un gran jardín rodeado de plantas, flores y arbustos altos. Se localizaba en las afueras de la ciudad Domino por lo que era necesario llegar en auto o camión. Ese salón era la prueba de que Sigfried era un hombre de mucho dinero, casi igual que Kaiba y mucho más que Yami.
Todas las personas iban vestidas de forma elegante y con ropa de fiesta que evidenciaba la alta sociedad en la que estaban.
Todos parecían estar contentos en el ambiente, menos Yami y Serenity que aunque estaban bien vestidos, para ellos era como estar en un lugar que no les correspondía; sentían que estaban fuera de lugar.
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Identidad Perdida
FanfictionUna niña japonesa es separada de su nación y de sus conocidos para vivir otra vida completamente distinta. Todo parece ir bien hasta que ambas vidas se entrelazan. Mi séptimo fanfic.