El cuchicheo entre estudiantes se hizo presente, se miraban entre sí confundidos y sorprendidos, Yugi tampoco podía creer el nombre que sus oídos captaron en esa presentación.
-¿¡Seto Kaiba!?
-¿Kaiba no es la familia más adinerada del mundo?
-¿Qué hace el hijo del hombre más rico del mundo con nosotros?
La fama de la familia Kaiba y la empresa KC era tanta que incluso los niños no se salvaban de haber escuchado dicho nombre en alguna conversación de adultos en las que se inmiscuían sin que sus padres lo notaran. En todo el mundo era conocido el nombre de Kaiba por ser una empresa dedicada a las armas más poderosas para los combates y la guerra, Gozaburo Kaiba era el famoso dueño de esta compañía, pero que el hijo de ese empresario fuera a estudiar con ellos resultaba muy extraño. Otra cosa a mencionar era que todos eran conscientes de que Gozaburo y su familia vivían en Japón ¿qué estaban haciendo en otro país?
-Por favor toma asiento. Ahí hay una banca vacía.
El maestro señaló la banca al lado izquierdo de Yugi lo cual causó estremecimiento y nervios en el tricolor: tendría junto a él al niño más rico del mundo.
Kaiba obedeció y fue hacia donde le indicaron, se sentó al lado de Yugi y comenzó a sacar sus útiles escolares ante la mirada curiosa del niño de cabellos tricolores. Kaiba sintió esa mirada sobre él y volteó su cabeza mirando a Yugi, el cual bajó la mirada y se dedicó a observar su cuaderno. Los ojos azules de Kaiba se enfocaron en Yugi por unos segundos hasta que volvió a enfocarse en sus libros.
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La curiosidad infantil era excesiva en los niños que se acomodaron en círculo alrededor de Kaiba para hacer todas las preguntas del mundo. Seto no contestaba a todas las interrogaciones, a veces sólo asentía con la cabeza, fruncía el ceño o hablaba de forma cortante y educada al mismo tiempo de tal forma que nadie se sentía rechazado o insultado por él. Yugi era el único que no se acercó a pesar de que la curiosidad lo mataba por dentro, su timidez no le permitía tener una cercanía con nadie que no fuera Anzu. El niño rico notó que de todos los alumnos sólo uno no lo "acosaba" con preguntas sin sentido; entre la multitud distinguió a Yugi y entrecerró sus ojos extrañado de no recibir la atención del tricolor.
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Cuando el atardecer estaba en pleno apogeo, los niños aprovechaban el descanso vespertino para platicar sobre las enseñanzas del día, casi todos se juntaban en grupos para realizar sus actividades de niños. Esas eran las tardes en las que Anzu Mazaki aprovechaba para ver de nuevo su espectáculo del atardecer, lo único que le daba esperanza en esa prisión escolar.
Alejada del tumulto de niños, Anzu esperaba a su amigo en la parte de atrás del edificio, muy cerca del árbol donde treparían por segunda vez en el día. Su plan era mirar los colores en el cielo y los campos y después dedicarle todo el resto del tiempo al niño.
Sonrió ampliamente cuando lo divisó llegando junto a ella.
-¡Yugi! Por fin llegaste.
La expresión de su rostro resaltó su belleza de niña haciendo que Yugi enrojeciera de vergüenza.
-¡Anzu! Siento la demora, es que unos niños me detuvieron en el baño y me obligaron a entregarles uno de mis juguetes.
-Otra vez te están molestando.
El tono de Anzu denotó coraje mientras colocaba sus nudillos en la cintura y fruncía el ceño de forma corajuda.
-No te enojes conmigo. No sé cómo defenderme de ellos.
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Identidad Perdida
FanfictionUna niña japonesa es separada de su nación y de sus conocidos para vivir otra vida completamente distinta. Todo parece ir bien hasta que ambas vidas se entrelazan. Mi séptimo fanfic.