Con el paso de los días el trabajo en KC se volvió más ligero para Tea. Ishizu era una mujer muy paciente y toleraba los errores que está cometía; que para la buena suerte de ambas eran escasas las equivocaciones. Ishizu hacía lo posible por evitar que Kaiba tuviera contacto con Tea para que no se repitieran esas humillaciones de nuevo, pero en diversas ocasiones los planes de Ishizu fallaban y Seto lograba estar con Tea el tiempo suficiente para hacerla sentir mal con sus insultos y ofensas.
La joven se fue acostumbrando; si explotaba su ira causaría que todo se viniera abajo y eso era lo que menos deseaba.
A pesar de las críticas, el CEO tuvo que admitir que él mismo notaba las mejorías de la chica y eso lo irritaba más ya que su deseo más anhelado del momento era que Tea fracasara en su plan de impedir la demolición del orfelinato.
Un día, cuando ya habían pasado tres semanas desde que Tea trabajaba en dicha compañía, Kaiba llamó a la oficina de Ishizu buscándola para un asunto personal. El teléfono sonó repetidas veces hasta que oyó que alguien descolgaba: la persona con la que menos quería hablar.
-Buenos días, oficina de la Corporación Kaiba.
La voz cantarina de Tea sonó en sus oídos causándole malestar auditivo.
-Por lo que veo no está Ishizu.
El cuerpo de Tea se tensó al reconocer esa voz fastidiosa. Hizo un puchero.
-Efectivamente, la señorita Ishizu no se encuentra, pero puede dejar un recado.
Una sonrisa maliciosa y traviesa se formó en el rostro del CEO al germinar una idea en su mente.
-Si ella no se presenta, entonces quiero verte a ti en mi despacho ahora.
-¿Qué?-el asombro no sabía en la cabeza de Tea-Pero yo...
-Nada de peros. Ven aquí enseguida.
Refunfuñando, no le quedó de otra más que obedecer. Preparó los papeles que debía llevar Ishizu al CEO y se dirigió al despacho de esté con molestia.
Una vez entró en dicho lugar indeseado, lo primero que sus ojos azules vieron fue al CEO sentado con elegancia detrás de su escritorio con un aire presumido y orgulloso.
-Por fin te veo en este día.
Tea se sintió cohibida, escuchando la burla en la voz de Kaiba. Con la mano le indicó que se acercara, Tea obedeció y se paró frente a él tratando de no mostrar su desacuerdo al estar con él.
-Llevas tres semanas y medio en este lugar.
-Así es, señor.-habló lo más sumisa que pudo.
Kaiba frunció el entrecejo. Su plan debía funcionar a la perfección.
-Escucha, hoy hay un trabajo urgente que necesito arreglar pronto.
-¿Desea que me comunique con Ishizu para que atienda ese favor?
-Temo que no. Mi plan es diferente.-la miró con los ojos entrecerrados y sonrió traviesamente-Será un trabajo en mi oficina personal y quiero que tú te presentes en ella.
Tea se sorprendió con eso.
-¿Esté no es su despacho personal?
Kaiba se rió a carcajadas.
-Esta es mi oficina en la empresa, pero la personal se encuentra en el hogar donde habito.
-¿¡QUÉÉÉÉÉÉÉ!?
El grito de Tea sobresaltó un poco al CEO, pero esté ignoró la reacción de la chica. Se puso de pie y se acercó a ella.
-Ya que Ishizu se encuentra ocupada y tú no tienes nada que hacer en tu casa, pido que seas tú la que se presente en mi hogar hoy en la noche para el trabajo que te tengo.
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Identidad Perdida
FanfictionUna niña japonesa es separada de su nación y de sus conocidos para vivir otra vida completamente distinta. Todo parece ir bien hasta que ambas vidas se entrelazan. Mi séptimo fanfic.