Capítulo 36

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El café humeaba mientras Tea no le quitaba los ojos de encima. De des en cuando volteaba de reojo a ver a su madre que no había abierto la boca desde que la oyó hablando consigo misma. El silencio era incómodo; una atmósfera pesada se adueñaba del ambiente de la cocina.

-Martha...

-No me lo digas.

Tea calló, se mordió los labios para no continuar hablando. Seriamente, Martha se sentó frente a ella en la mesa.

-Así que estaba en lo correcto cuando supuse que tenías novio.

La joven dudó antes de responder con un movimiento de cabeza afirmativo.

-¿Puedo saber por qué no me dijiste nada?

Las manos de Tea apretaron la taza llena de café. Buscaba las palabras correctas para decir la verdad.

-Quería decírtelo.

-Eso no me parece que sea cierto.

Los ojos de Tea la miraron suplicantes. Pidiendo que confiara en ella otra vez.

-Es verdad.

-Por lo que veo llevas tiempo ocultando esa relación.

Martha frunció el ceño enojada. Se mantenía serena por los niños, pero estaba seria y con un aura de inconformidad.

Para Tea ese momento fue el peor; las mentiras no eran posibles. Agachó la cabeza y asintió. Martha se enfureció, así que tomó aire para no gritarle.

-¿Hace cuánto son novios?

-Hace dos meses.-respondió cabizbaja.

-Yo recuerdo que te arreglabas mucho antes de dos meses.

La memoria de Martha era mejor que muchas. En ocasiones, Tea deseaba tener esa memoria para recordar su pasado borroso.

-Es que trabajé en su casa por un tiempo antes de que nos volviéramos pareja.

-¿Trabajaste con él?

Martha no tardó en saber todo. Abrió los ojos sorprendida.

-Espera...¿acaso es...?

Tea levantó el rostro y le sostuvo la mirada mientras asentía. El semblante de Martha se puso más frío e inexpresivo que antes.

-Tea, temo que no puedo aceptar algo así.

El corazón de Tea se paralizó.

-¿Por qué no?

-Sabes muy bien todo lo que nos hizo ese hombre. Es un monstruo.

-No lo es. Aún no lo conoces.

-Todas las chicas que se enamoran dicen eso.

Martha hablaba tranquilamente; controlando su ira interna.

-Kaiba y yo vamos en serio. Él fue el que me pidió que hablara contigo sobre nuestro noviazgo.

Los pequeños ojos de Martha se encogieron más de lo que ya estaban.

-¿Va en serio? Entonces por eso dijiste algo sobre "esposa" ¿no es cierto?

Tea la miró en silencio y asintió. La mandíbula de Martha se tensó.

-¿Él ya te pidió matrimonio?

-Hoy lo hablamos. Nos queremos casar y nos gustaría tu bendición.

-¿Crees que aprobaré que te cases con un hombre como él?

-Yo también creí que era malo, pero cuando lo conocí pude ver que no es malo.-dijo Tea casi en un grito que trataba de ahogar en su garganta-Él es una buena persona. Siempre es amable conmigo y me contó su historia. Es parecido a mí.

Identidad PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora