Se arregló lo más hermosa posible. Una fina capa de maquillaje, sin exagerar, cubría su cara. Su ropa le hacía resaltar su cuerpo bien formado; una cintura pequeña y su busto grande. Trataba de lucir presentable, exclusivamente para Kaiba.
Tan concentrada estaba en su mundo de arreglos que se sobresaltó cuando escuchó la voz de su madre recargada en el marco de la puerta de su habitación.
-Tea ¿Por qué te arreglas con tanto esmero?
La miró con cierto temor. Martha no sabía sobre el cambio que Seto Kaiba presentaba. Ni siquiera estaba enterada del aumento al sueldo de Tea. Hasta que le pagaran se daría cuenta de todo y tendría que dar una explicación, pero no encontraba cómo decirle a su madre adoptiva que ella y Kaiba se llevaban muy bien; más de lo que muchos pensaban o suponían.
-Voy a salir con una amiga.
Fue una respuesta seca, la cual no convenció del todo a Martha.
-Para ver a tus amigas de siempre no se arregla de esa forma.
Tea dejó de peinarse. Comenzó a sudar frío mientras su corazón latía con los nervios a flor de piel. Giró los ojos de un lado a otro evitando la mirada de Martha.
Su madre sospechaba muy bien lo que pasaba y frunció el ceño.
-Tea, vas a ver a un chico ¿verdad?
Tea agachó la cabeza, sintiendo vergüenza de ella misma. Con los labios apretados, Martha se acercó a ella y la tomó por los hombros.
-Tea, no importa qué decidas, sólo me interesa que seas feliz y que estés satisfecha con los rumbos que te llevará la vida.
-Martha...-la joven la miró por el reflejo del espejo.
-Si encuentras una persona que te haga feliz, yo también compartiré esa felicidad contigo.
Tea se mordió el labio inferior. En su pecho se formó un sentimiento de conmoción al no decirle a Martha la verdad. Le costaba encontrar las palabras adecuadas para narrarle sobre su salida con Seto Kaiba y también su verdadera intención: enamorarlo de ella.
-Bueno, me retiro. Espero que me presentes pronto a esa persona.
Segura de lo que decía, Martha salió de la recámara de Tea, dejándola sumergida en sus ideas y planes para ganarse el corazón del CEO más rico de aquel país donde vivía desde que sus recuerdos comenzaron.
.
.
Se apeó del taxi, frente a la mansión Kaiba. Venía vestida con un sencillo vestido corto de color amarillo y una cola de caballo que la hacía lucir hermosa. Suspiró antes de entrar a la casa, cruzando la enorme reja y el jardín decorado con flores. Aún recordaba que cuando vio por primera vez esas flores consideró extraño que un hombre como Kaiba tuviera esa clase de gustos.
Esperó a Kaiba en el vestíbulo de la mansión mientras miraba la casa de arriba abajo. Siendo un hombre con tanto dinero podía pagar una servidumbre mejor y dejarla libre a ella de la obligación de limpiar su casa. Pero en esos momentos, Tea prefería trabajar injustamente que abandonar a Seto, porque ahora su mayor deseo era brindarle amor.
-Llegaste temprano.
Giró hacia dónde provenía esa voz masculina y vislumbró a Kaiba en la escalera. Descendió por ella, pero se detuvo a medio camino con una expresión de asombro y admiración en el rostro. Tea frunció el ceño sin entender qué causaba la sorpresa del CEO.
-¿Le sucede algo?
Kaiba no contestó; sólo la miraba detenidamente. De arriba abajo sin quitarle los ojos en encima.
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Identidad Perdida
FanfictionUna niña japonesa es separada de su nación y de sus conocidos para vivir otra vida completamente distinta. Todo parece ir bien hasta que ambas vidas se entrelazan. Mi séptimo fanfic.