Capítulo 48

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El ligero viento que recorría la ciudad movía los cabellos castaños y tricolores de Yami y Tea que se miraban de arriba abajo en completo silencio. Ambos tenían una sensación extraña al estar frente a frente: la sensación der paz y armonía que Tea sentía cuando estaba con él. El nombre de esa persona, Yami Yugi Moto, le traía una nostalgia curiosa a su alma; algo inexplicable para ella.

Yami quedó deslumbrado al ver el rostro de la chica: tenía razón, era idéntica a Anzu hacía ya muchos años atrás. Pero no podía tratarse de ella; debía ser coincidencia ese aspecto físico tan similar como si de la misma persona se tratara.

Guardaban silencio, analizándose detenidamente mientras una sentimiento de calidez, acompañado de paz y dulzura, se apoderaba de sus corazones.

-Hola.-saludó Tea sin saber qué decir.

-Hola.-contestó Yami embobado.

-Disculpe, pero ¿Por qué está aquí?

La pregunta sacó a Yami de sus pensamientos y recordó de golpe todo lo acontecido y donde se encontraba en esos instantes.

-¡Ah, sí! Vine a comprar flores para decorar la oficina.

Tea arqueó una ceja y Yami supo que estaba diciendo tonterías.

-La oficina de mi novia.

El rostro de Tea se relajó y le sonrió de medio lado.

-Normalmente los hombres no piensan mucho en eso. Debe de querer mucho a su novia.

-Sí, así es. Le gustan las flores así que quiero verla sonreír.

Tea lo creyó; su marido era igual con ella. Su bella cara se adornó con una sonrisa aún más grande.

-¿Quiere que lo ayude a escoger?

Las pupilas de Yami se dilataron.

-¡Claro! Si no es molestia, sería un placer que me apoyara.

En su experiencia, Tea pudo notar los nervios de Yami y asintió. Entraron a la florería, quedando asombrados por la variedad de flores y colores que había en aquel lugar.

-¡Wowww! ¡Qué belleza!

Tea estaba fascinada ahí dentro; no recordaba haber visto flores y plantas tan bonitas en el país donde siempre vivió. Yami miró el rostro admirado de la joven y de nuevo recordó gestos alegres de Anzu: la misma felicidad que ella sentía cuando veía los paisajes desde los interiores del internado, trepada en un árbol donde sólo ellos jugaban.

-Buenas tardes.

La voz femenina sacó de su embrujo a Yami y, junto con Tea, giraron hacia donde estaba la dueña del local.

-¿En qué puedo ayudarlos?

La mujer los saludó con cordialidad y una sonrisa pequeña que sólo decoraba su rostro.

-Estábamos buscando unas flores que adornen una oficina. Son para una chica.-dijo Yami.

-Permítanme mostrarles lo que tenemos.

La joven los condujo por una pasillo lleno de plantas de todas especies hasta que llegaron a una especie de invernadero donde había toda clase de flores hermosas y extrañas.

-Aquí se encuentran las flores y plantas más raras que por ahora manejamos. Sólo las tenemos por pedido limitado, así que deseo que encuentren alguna de su agrado.

Tanto la chica castaña como el joven de cabellos tricolores estaban maravillados con lo que sus ojos captaban a la vista. Si al principio había tantos colores y flores de diversas especies, ahora no podía dudar de que en verdad era una florería especializada en plantas como comunes en el país del sol naciente.

Identidad PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora