-¿Por qué tenías que hacer esto?
Seguida de Kaiba, que no paraba de gritar, Ishizu entró en su oficina con pasos duros y se aproximó a su escritorio.
-Tuve mis razones.-dijo Ishizu sentándose en su silla y recargando sus codos en el bufete.
-¿¡Razones!? ¿Tuviste razones para poner a esa mendiga como tu sustituta sin mi consentimiento?
Kaiba gritaba sin controlar su enojo.
-No es una mendiga.
-¡Vive en un orfanato!-gritó a voz en cuello con las manos formando puños.
-Tú también viviste en un lugar así y lo sabes.
Al oír eso, Kaiba apretó los labios y aumentó la fuerza con la que cerraba sus puños sintiéndose incompetente al poder responder ya que Ishizu tenía razón.
-Lo mío fue diferente.
Había incomodidad en su forma de hablar, casi tartamudeaba.
-No hay diferencia. Viviste en un orfanato durante tu niñez, igual que ella y los demás niños que piensas dejar sin hogar.
-Un internado no se puede llamar hogar.
-Si los sacas de allí no los podrán adoptar.
-¿Para qué sirve eso? ¿Para que los adopten gente que los golpeara?
Ishizu calló, los traumas de Kaiba eran muy grandes, pero eso no era justificante para dañar a los demás.
-Seto, estoy consciente de lo que te sucedió con Gozaburo...
-¡No repitas ese nombre!-vociferó Kaiba señalándola con el dedo.
-Bueno, sé que viviste cosas muy difíciles, no obstante debes superar el pasado. El venir de un internado no significa que sea mala persona.
-¿Al menos tiene experiencia en este clase de empleo?
-Yo le enseñaré lo que sé.
Ishizu colocó su mano en su pecho, señalándose a ella misma mientras Kaiba expresaba sorpresa y perplejidad en su cara.
-¿Le enseñarás? ¡Te vas en dos meses!
-Eso será suficiente. La chica estudió hasta la preparatoria y tiene buenas notas.
-Sabes mucho de ella-frunció el ceño sospechosamente.
-Ayer estuvimos hablando con Martha, su madre, y revisé los expedientes de ella para informarme de su vida. Es una chica honrada, ha tenido diversos trabajos, dejó de estudiar por mantener el orfanato.
-Sientes compasión por ella. Estoy seguro de eso.
No era pregunta, era afirmación. Había aprendido a conocerla gracias al tiempo que pasaban juntos en total privacidad.
-Compasión y misericordia. Algo que tristemente veo que te falta.
El CEO apretó la mandíbula con fuerza, sus puños temblaron revelando su furia interior. Sólo por respeto a la mujer con la que pasaba sus noches de tormento, contuvo lo que su impulso quería cometer.
-Escucha-pidió Ishizu, casi con súplica-, le enseñaré todo lo que sé, en dos meses estará lista para suplantarme, pero puse una condición.
Kaiba entrecerró los ojos con una ligera idea de qué le había propuesto a Tea.
-Le dije que, si su trabajo funcionaba, no destruirías el orfanato.
-¿¡QUÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉÉ!?
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Identidad Perdida
FanfictionUna niña japonesa es separada de su nación y de sus conocidos para vivir otra vida completamente distinta. Todo parece ir bien hasta que ambas vidas se entrelazan. Mi séptimo fanfic.