Changkyun siguió el Stave Oriental hacia el puerto, a través del distrito de apuestas del Barril. La infame maraña de calles estrechas y canales menores, conocida como el Barril, estaba delimitada por dos canales grandes, el Stave Oriental y el Stave Occidental, cada uno con una clientela particular.
Los edificios del Barril eran diferentes de cualquier otro sitio de Ketterdam, más grandes y anchos, pintados todos de colores estridentes, clamando por la atención: el Cofre del Tesoro, el Nudo Dorado, la Barcaza de Weddell. Los mejores salones de apuestas se encontraban más al norte, en el excelente inmueble del Tapón, la sección del canal más cercana a los puertos, situada favorablemente para atraer turistas y marineros.
Pero no el Club Cuervo, musitó Changkyun mientras levantaba la mirada hasta la fachada negra y carmesí. Le había costado mucho atraer a los turistas y a los mercaderes con sed de riesgo tan al sur para el entretenimiento. Ahora se acercaban las cuatro campanadas y seguía habiendo una gran multitud fuera del club. Changkyun observó la marea de gente que fluía más allá de las columnas negras del pórtico, bajo el ojo vigilante del oxidado cuervo de plata que extendía sus alas sobre la entrada. Benditos ingenuos, pensó. Bendita gente buena y generosa lista para vaciar las carteras ante los Despojos y decir que han pasado un buen rato.
Veía charlatanes delante gritando a los clientes potenciales, ofreciendo bebidas gratis, tazas de café caliente y el mejor trato de todo Ketterdam. Los saludó con un asentimiento de cabeza y siguió avanzando hacia el norte.
Solo un antro de juego más del Stave le Importaba: el Palacio Esmeralda, el orgullo y alegría de Pekka Rollins.
El edificio era de un feo verde, adornado con árboles artificiales cargados de monedas de oro y plata falsos. Todo el lugar era una especie de tributo a la ascendencia kaélica de Rollins y su banda, los Leones Moneda. Incluso las chicas que trabajaban en los mostradores y mesas iban cubiertas de seda verde reluciente y tenían el pelo teñido de un rojo oscuro y antinatural para Imitar el aspecto de las chicas de la Isla Errante. Mientras Changkyun pasaba junto al Palacio, levantó la mirada hasta las falsas monedas de oro, dejando que la furia lo invadiera. La necesitaría esa noche como recordatorio de lo que había perdido, de lo que pretendía ganar. La necesitaba para prepararse de cara a su Imprudente aventura.
—Ladrillo a ladrillo —murmuró para sí mismo. Eran las únicas palabras que mantenían su furia a raya, que le Impedían atravesar las estridentes puertas doradas y verdes del Palacio, exigir una audiencia privada con Rollins y cortarle la garganta.
Ladrillo a ladrillo. Era la promesa que le permitía dormir por las noches, que mantenía a raya el fantasma de Jimin, porque una muerte rápida era demasiado buena para Pekka Rollins.
Changkyun observó el flujo de clientes que entraban y salían de las puertas del Palacio y captó de un vistazo a su propia gente, hombres y mujeres que había contratado para llevar a los clientes de Pekka al sur con la idea de mejor trato, mayores ganancias y chicas más guapas.
—¿De dónde vienes tan rojo? —le dijo uno a otro, hablando mucho más alto de lo necesario.
—Acabo de volver del Club Cuervo. Gané cien kruge en solo dos horas.
—¡No me digas!
—¡Pues sí! Acabo de venir por el Stave por una cerveza y para encontrarme con un amigo. ¿Por qué no te unes a nosotros y vamos todos juntos?
—¡El Club Cuervo! ¿Quién lo hubiera pensado?
—Venga, te invito a un trago. ¡Los invitaré a todos!
Y se alejaron juntos riendo, dejando a los clientes a su alrededor preguntándose si tal vez no deberían bajar unos puentes por el canal y ver si la suerte era más favorable allí. La servidora de Changkyun, la avaricia, los atraía al sur como un flautista tocando una melodía.
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SEIS DE CUERVOS - MONSTA X
General FictionKetterdam es un bullicioso país, foco de comercio internacional donde cualquier cosa se puede conseguir por el precio adecuado. Y es precisamente donde Changkyun Im, el criminal más vivaz del Club Cuervo, encuentra al equipo perfecto para realizar u...