7. MINHYUK

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Minhyuk miró fijamente a Jooheon. — Por supuesto, eres un mimado del Consejo. —Se puso a reír—. Eso lo explica todo.

Sabía que debería estar enfadado con Changkyun por ocultar otro fragmento más de información vital, pero en esos momentos estaba disfrutando al observar cómo la pequeña revelación de la identidad de Jooheon Choi recorría la habitación como un caballo malhumorado levantando polvo.

Jooheon tenía la cara roja y estaba ofendido. Hoseok parecía aturdido e irritado. El fjerdano tan solo tenía cara de confusión. Changkyun aparentaba estar totalmente complacido consigo mismo. Y, por supuesto, Kihyun no parecía ni remotamente sorprendido, él reunía los secretos de Changkyun y también los guardaba. Minhyuk trató de ignorar la punzada de celos que sentía ante eso.

Jooheon abrió y cerró la boca, moviendo la garganta.

—¿Lo sabías? —le preguntó con tristeza a Changkyun.

Este se reclinó en su silla con una rodilla doblada y la pierna mala extendida ante él.

—¿Por qué te crees que te tengo aquí?

—Soy un experto en demolición.

—Eres pasable en demolición, pero eres excelente como rehén.

Aquello sonó cruel, pero así era Changkyun y el Barril era un profesor mucho más duro de lo que Changkyun jamás podría ser. Al menos eso explicaba por qué Changkyun había estado protegiendo a Jooheon y encargándole trabajos.

—No Importa —dijo Minhyuk—. Deberíamos llevar a Raske y dejar a este bebé mercader encerrado aquí en Ketterdam.

—No confío en Raske.

—¿Pero sí en Jooheon Choi? —preguntó Minhyuk con incredulidad.

—Jooheon no conoce a la gente suficiente como para causarnos problemas de verdad.

—¿No tendría que poder opinar yo también? —se quejó Jooheon—. Estoy aquí sentado.

Changkyun alzó una ceja.

—¿Alguna vez te han robado algo del bolsillo, Jooheon? —le interrogó Minhyuk.

—Eh... no que yo sepa.

—¿Te han atracado en algún callejón?

—No.

—¿Te han colgado del lateral de un puente con la cabeza en el canal?

Jooheon pestañeó.

—No, pero...

—¿Alguna vez te han pegado una paliza hasta que no pudieras caminar?

—No.

—¿A qué crees que se debe eso?

—Eh...

—Han pasado tres meses desde que abandonaste la mansión de tu papi en la Geldstraat. ¿Por qué crees que tu estancia en el Barril ha sido tan tranquila?

—¿Suerte, supongo? —sugirió Jooheon con voz débil.

Minhyuk resopló.

—Changkyun es tu suerte, mercadercillo. Te ha tenido bajo la protección de los Despojos; aunque eres tan inútil que hasta ahora nadie sabía por qué.

—Era desconcertante —admitió Hoseok.

—Changkyun siempre ha tenido sus razones —murmuró Kihyun.

—¿Por qué te fuiste de la casa de tu padre? —preguntó Minhyuk.

—Era el momento —dijo Jooheon, tenso.

SEIS DE CUERVOS - MONSTA XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora