12. CHANGKYUN

34 6 1
                                    

Sácanos de aquí —gritó Changkyun en cuanto subió cojeando a la goleta con Kihyun en sus brazos.

Las velas ya estaban alzadas y saldrían del puerto en cuestión de momentos, aunque no tan rápido como a él le hubiera gustado.

Sabía que tendría que haber tratado de encontrar algunos Vendavales para el viaje, pero era un infierno conseguirlos. Había caos en la cubierta, gente gritando y tratando de llevar la goleta a mar abierto tan rápido como fuera posible.

—¡Specht! —le gritó al hombre que había elegido para capitanear el navío—. Pon en marcha a tu tripulación antes de que empiece a romper cráneos.

Specht hizo un saludo militar y después pareció refrenarse. Ya no estaba en la marina, y Changkyun no era un comandante.

El dolor de la pierna de Changkyun era terrible, lo peor que había sentido desde que se la rompió al caer del tejado de un banco cerca de la Geldstraat. Era posible que se hubiera vuelto a fracturar el hueso. El peso de Kihyun no ayudaba, pero cuando Minhyuk apareció en su camino para ofrecerle su ayuda, Changkyun pasó junto a él con un empujón.

—¿Dónde está Hoseok? —gruñó.

—Ocupándose de los heridos abajo. Ya se ha encargado de mí. —Changkyun se fijó en la sangre seca del muslo de Minhyuk—. Jooheon sufrió algunos daños durante la pelea. Deja que te ayude...

—Apártate de mi camino —dijo Changkyun, y fue hasta la rampa que conducía a la zona debajo de la cubierta.

Encontró a Hoseok ocupándose de Jooheon en un estrecho camarote, pasando las manos sobre su brazo, uniendo la carne de la herida de bala. Apenas era un rasguño.

—Muévete —ordenó Changkyun, y Jooheon prácticamente saltó de la mesa.

—No he terminado... —comenzó Hoseok, y entonces vio a Kihyun—. Por todos los Santos. ¿Qué ha pasado?

—Herida de cuchillo.

El estrecho camarote estaba iluminado por varias lámparas brillantes, y había un montón de vendas limpias en un estante junto a una botella de alcanfor. Con cuidado, Changkyun dejó a Kihyun sobre la mesa que había atornillada a la cubierta.

—Hay mucha sangre —dijo Hoseok sin aliento.

—Ayúdalo.

—Changkyun, soy Mortificador, no un Sanador de verdad.

—Morirá si esperamos a encontrar uno. Ponte a trabajar.

—Me tapas la luz.

Changkyun retrocedió hasta el pasillo. Kihyun se encontraba completamente inmóvil sobre la mesa, y su luminosa piel clara parecía apagada bajo la luz de la lámpara que se balanceaba.

Changkyun vivo gracias a Kihyun. Todos lo estaban. Habían logrado abrirse camino luchando, pero solo porque él había evitado que los rodearan.

Changkyun conocía la muerte. Podía sentir su presencia ahora en el barco, cerniéndose sobre ellos, lista para llevarse a su Espectro. Estaba cubierto de su sangre.

—Si no puedes ser de ayuda, vete —dijo Hoseok sin mirarlo—. Me pones nervioso.

Él dudó y después se alejó cojeando por donde había venido y se detuvo para robar una camisa limpia de otro camarote. No debería estar tan agitado por una pelea en el muelle, aunque hubiera habido disparos, pero lo estaba.

Sentía que había algo rasgado y en carne viva en su interior. Era la misma sensación que había tenido siendo más joven, esos primeros días desesperados tras la muerte de Jimin.

SEIS DE CUERVOS - MONSTA XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora