8. CHANGKYUN

23 6 0
                                    

Ya terminamos aquí —les dijo Changkyun a los demás—. Les enviaré noticias cuando encuentre un barco, pero estén listos para zarpar mañana por la noche.

—¿Tan pronto? —preguntó Kihyun.

—No sabemos cómo estará el clima y tenemos un largo viaje por delante. La Hringkälla es nuestra mejor opción de conseguir a la científica. No voy a arriesgarme a perderla.

Changkyun necesitaba tiempo para pensar bien el plan que se estaba formando en su cabeza. Podía ver lo básico: por dónde entrarían, cómo se marcharían, pero el plan que tenía significaba que no podrían llevar gran cosa con ellos. Estarían trabajando sin sus recursos habituales. Eso significaba que había más variables y muchas más posibilidades de que las cosas salieran mal.

Tener cerca a Jooheon Choi significaba que al menos podía asegurarse de que obtuvieran su recompensa, pero no iba a ser fácil. Ni siquiera habían salido todavía de Ketterdam y Jooheon ya parecía completamente fuera de su elemento. No era mucho más joven que Changkyun, pero de algún modo parecía un niño: piel suave, ojos grandes, como un cachorro de orejas sedosas en una habitación llena de perros de lucha.

—Mantén a Jooheon alejado de los problemas —le dijo a Minhyuk mientras los despedía.

—¿Por qué yo?

—Tienes la mala suerte de estar en mi campo de visión, y no quiero ninguna reconciliación repentina entre padre e hijo antes de que zarpemos.

—No tienes que preocuparte por eso —aseguró Jooheon.

—Me preocupo por todo, mercadercillo. Por eso sigo vivo. Y tú también puedes echarle un ojo a Minhyuk.

—¿A mí? —preguntó él, indignado.

Changkyun deslizó un panel de madera negra a un lado y abrió la caja fuerte que había debajo.

—Sí, tú. —Contó cuatro pilas delgadas de kruge y entregó una a Minhyuk—. Esto es para balas, no para apuestas. Jooheon, asegúrate de que sus pies no encuentren misteriosamente el camino hasta un salón de juegos mientras van a comprar munición, ¿entendido?

—No necesito una niñera —replicó Minhyuk.

—Es más bien un vigilante, pero si quieres que te cambie los pañales y te arrope por la noche, es asunto tuyo. —Ignoró la expresión dolida de Minhyuk y les dio kruge a Jooheon para los explosivos y a Hoseok para lo que necesitara en su equipo de Confeccionador—. Compren solo suministros para el viaje. Si esto va tal como creo, vamos a tener que entrar en la Corte de Hielo con las manos vacías.

Vio que una sombra cruzaba el rostro de Kihyun. No le gustaba estar sin sus cuchillos, al igual que a él no le gustaba estar sin su bastón.

—Necesito que consigas ropa para clima frío —le dijo—. Hay una tienda en la Wijnstraat con suministros para cazadores; empieza allí.

—¿Vamos a acercarnos por el norte? —preguntó Chae.

Changkyun asintió con la cabeza.

—El puerto de Djerholm está lleno de agentes de aduanas, y apuesto a que incrementarán la seguridad durante tu gran fiesta.

—No es una fiesta.

—Suena como una fiesta —dijo Minhyuk.

—Se supone que no es una fiesta —se corrigió Chae, hosco.

—¿Qué vamos a hacer con él? —preguntó Hoseok, señalando a Hyungwon con la cabeza. Su voz carecía de interés, pero nadie salvo Chae creyó su actuación. Todos habían visto sus lágrimas en la Puerta del Infierno.

SEIS DE CUERVOS - MONSTA XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora