44. CHANGKYUN

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Un trato es un trato, Choi -dijo Changkyun por encima del ruido de la tormenta creciente-. Si el Consejo Mercante no cumple su parte del acuerdo, nadie del Barril volverá a traficar con ninguno de ustedes. Sus palabras no valdrán nada.

-Ese sería un problema, Im, si el Consejo supiera algo sobre este trato.

Changkyun lo comprendió en un terrible destello.

-Nunca estuvieron involucrados.

¿Por qué había creído que Minho Choi tenía la bendición del Consejo Mercante? ¿Porque era un mercader rico y honorable? ¿Porque había vestido a sus propios sirvientes y soldados con el uniforme púrpura de la stadwatch?

Changkyun se había encontrado con él en la casa en cuarentena de un mercader, no en un edificio del gobierno, pero se había dejado convencer por el decorado. Era lo de Hertzoon y su cafetería otra vez, solo que Changkyun ya tenía edad para verlo venir.

-Querías a Hyunwoo Son. Querías la fórmula de la parem.

Choi lo confirmó con un tranquilo asentimiento.

-La neutralidad es un lujo que Kerch lleva demasiado tiempo disfrutando. Los miembros del Consejo creen que su riqueza los protege, que pueden quedarse sentados contando su dinero mientras el mundo lucha.

-¿Y tú piensas distinto?

-Desde luego que sí. La jurda parem no es un secreto que pueda guardarse, aplastarse o almacenarse en una cabaña en la frontera zemeni.

-Entonces, toda tu charla sobre las líneas de comercio y los mercados derrumbándose...

-Ah, pasará tal como he predicho, Im. Cuento con ello. En cuanto el Consejo recibió el mensaje de Son, comencé a comprar campos de jurda en Novyi Zem. Cuando la parem fluya libremente por el mundo, cada país, cada gobierno, exigirá un suministro para usarlo en sus Grisha.

-Caos -dijo Hyungwon.

-Sí -afirmó Choi-. Vendrá el caos, y yo seré su amo. Un amo muy rico.

-Condenarás a la esclavitud y la muerte a los Grisha de todo el mundo -intervino Kihyun.

Choi levantó una ceja.

-¿Cuántos años tienes, chico? ¿Dieciséis? ¿Diecisiete? Las naciones se levantan y caen. Los mercados surgen y se deshacen. Cuando el poder cambia de manos, siempre sufre alguien.

-Cuando el dinero cambia de manos -replicó Minhyuk.

La expresión de Minho Choi era de desconcierto.

-¿No son la misma cosa?

-Cuando el Consejo descubra... -comenzó Kihyun.

-El Consejo jamás descubrirá esto -aseguró Choi-. ¿Por qué crees que escogí a escoria del Barril como mis paladines? Ah, tienen recursos y son mucho más listos que cualquier mercenario, se lo concedo. Pero lo más importante es que nadie los echará de menos.

Choi levantó la mano y los Agitamareas giraron los brazos. Changkyun oyó un grito y se giró para ver una espiral de agua cerniéndose sobre Rotty. Golpeó la falúa y la hizo pedazos mientras él se ponía a cubierto.

-Ninguno de ustedes saldrá de esta isla, Im. Todos desaparecerán, y a nadie le importará.

Volvió a levantar la mano y los Agitamareas respondieron. Una enorme ola rugió hacia el Ferolind.

-¡No! -chilló Minhyuk.

-¡Choi! -gritó Changkyun-. Tu hijo está en ese barco.

La mirada del hombre se dirigió hacia él. Sopló el silbato y los Agitamareas se quedaron inmóviles, esperando instrucciones. A regañadientes, Choi bajó la mano. Ellos dejaron que la ola cayera inofensiva, y el mar en movimiento golpeó el lateral del Ferolind.

SEIS DE CUERVOS - MONSTA XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora