Hicieron falta dos días desde que salió del camarote médico para que Changkyun se obligara a acercarse a Kihyun. Este último estaba sentado él solo, con las piernas cruzadas y la espalda contra el casco del barco, sorbiendo de una taza de té. Changkyun fue cojeando hacia él.
—Quiero enseñarte algo.
—Estoy bien, gracias por preguntar —dijo Kihyun mirándolo—. ¿Cómo estás tú?
—Espléndido.
Torpemente, se sentó a su lado y dejó el bastón en un costado.
—¿Está mal tu pierna?
—Está bien, mira.
Extendió el dibujo de Jooheon del sector de la prisión entre ellos. La mayoría de los planos mostraban la Corte de Hielo desde arriba, pero la elevación de la prisión era una vista lateral, un corte transversal que mostraba los pisos del edificio los unos sobre los otros.
—Lo he visto —dijo Kihyun. Pasó el dedo desde el sótano hasta el tejado en una línea recta—. Quieres que suba seis pisos por una chimenea.
—¿Puedes hacerlo?
Kihyun elevó sus oscuras cejas.
—¿Hay otra opción?
—No.
—Entonces, ¿si te digo que no puedo subir, le dirás a Specht que dé la vuelta al barco y nos lleve de regreso a Ketterdam?
—Encontraré otra opción —dijo Changkyun—. No sé cuál, pero no voy a abandonar ese botín.
—Sabes qué puedo hacerlo, Changkyun, y sabes que no voy a negarme. Así que ¿por qué preguntas?
Porque llevo dos días buscando una excusa para hablar contigo. Pensó.
—Quiero asegurarme de que sabes a qué te enfrentarás y de que te estés estudiando los planos.
—¿Haremos una prueba?
—Sí —respondió Changkyun—. Si fracasa, acabaremos en una prisión fjerdana.
—Mmm —dijo el contrario, y tomó un sorbo de té—. Y yo acabaré muerto. —Cerró los ojos y apoyó la cabeza contra el casco—. Me preocupa la ruta de escape al puerto. No me gusta que solo haya una vía de salida.
Changkyun también se apoyó contra el casco.
—A mí tampoco —admitió, estirando la pierna mala—. Pero por eso los fjerdanos lo construyeron así.
—¿Confías en Specht?
Él le lanzó una mirada de medio lado.
—¿Hay alguna razón por la que no debería hacerlo?
—En absoluto, pero si el Ferolind no nos está esperando en el puerto...
—Confío en él lo suficiente.
—¿Te debe algo?
Changkyun asintió con la cabeza. Miró a su alrededor y dijo:
—La marina lo echó por insubordinación y se negó a darle su pensión. Tiene una hermana que mantener cerca de Belendt. Le conseguí dinero.
—Eso fue un buen detalle por tu parte.
Él entrecerró los ojos.
—No soy un personaje de una historia infantil que hace bromas inofensivas y roba a los ricos para dárselo a los pobres. Había dinero que ganar e información que conseguir. Specht conoce las rutas marítimas como la palma de su mano.
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SEIS DE CUERVOS - MONSTA X
Ficción GeneralKetterdam es un bullicioso país, foco de comercio internacional donde cualquier cosa se puede conseguir por el precio adecuado. Y es precisamente donde Changkyun Im, el criminal más vivaz del Club Cuervo, encuentra al equipo perfecto para realizar u...