41. KIHYUN

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Habían sido bendecidos con un fuerte viento. Kihyun lo sentía agitándole el pelo y no podía evitar pensar en la tormenta que se avecinaba.

En cuanto estuvieron en cubierta, Hyungwon se giró hacia Hyunwoo.

—¿Cuánto tiempo seguirá así?

Hyunwoo sabía algo de kerch, pero Hoseok tuvo que traducir algunas cosas. Lo hizo de forma distraída, sus ojos relucientes lo recorrían todo y a todos.

—El subidón durará una hora, quizás dos. Depende de cuánto tarde su cuerpo en procesar una dosis de ese tamaño.

—¿Por qué no puedes purgártelo del cuerpo, como las balas? —le preguntó Hyungwon a Hoseok, desesperado.

—No funcionará —dijo Hyunwoo—. Incluso si pudiera superar el ansia el tiempo suficiente para purgársela, perdería la habilidad de sacar la parem de su cuerpo antes de que desapareciera toda. Necesitarías a otro Corporalnik usando parem para lograrlo.

—¿Qué le hará? —preguntó Jooheon.

—Ya lo has visto tú mismo —replicó Hyungwon con amargura—. Sabemos lo que va a pasar.

Changkyun cruzó los brazos.

—¿Cómo empezará?

—Dolores corporales, escalofríos, nada peor que una enfermedad corriente —explicó Hyunwoo—. Después una especie de hipersensibilidad, seguida de temblores y el ansia.

—¿Tienes más parem? —preguntó Hyungwon.

—Sí.

—¿Suficiente para llevarlo de vuelta a Ketterdam?

—No voy a tomar más —protestó Hoseok.

—Tengo suficiente para mantenerte cómodo —dijo Hyunwoo—. Pero si tomas una segunda dosis, no habrá esperanza. —Miró a Hyungwon—. Esta es su única oportunidad. Es posible que su cuerpo purgue lo suficiente de forma natural como para que la adicción no se asiente.

—¿Y si lo hace?

Hyunwoo extendió las manos, mitad encogiéndose de hombros, mitad disculpándose.

—Sin un suministro constante de la droga, se volverá loco. Sin ella, su cuerpo comenzará a agotarse. ¿Conocen la palabra parem? Es el nombre que le dio mi madre a la droga. Significa «sin piedad».

Cuando Hoseok terminó de traducir, hubo una larga pausa.

—No quiero oír nada más —dijo—. Nada de ello cambiará lo que va a pasar.

Se alejó hacia la proa y Hyungwon lo observó marcharse.

—El agua escucha y comprende —murmuró él entre dientes.

Kihyun buscó a Rotty y le hizo sacar los abrigos de lana que él y Hoseok habían dejado atrás en favor de su ropa de abrigo al llegar a la costa del norte. Encontró a Hoseok cerca de la proa, mirando al mar.

—Una hora, quizá dos —dijo sin girarse.

Kihyun se detuvo, aturdido.

—¿Me has oído acercarme?

Nadie oía al Espectro, sobre todo por encima del sonido del viento y el mar.

—No te preocupes. No han sido esos pies silenciosos los que te han delatado. Puedo oír tu pulso, tu respiración.

—¿Y sabías que era yo?

—Cada corazón suena diferente. No me había dado cuenta antes.

Kihyun se unió a él junto a la barandilla y le entregó su abrigo. El Grisha se lo puso, aunque el frío no parecía molestarlo. Sobre ellos, las estrellas brillaban con fuerza entre unas volutas de nubes manchadas de plata. Kihyun estaba listo para el amanecer, listo para que terminara esa larga noche, y también el viaje. Le sorprendió descubrir que estaba deseoso de volver a ver Ketterdam.

SEIS DE CUERVOS - MONSTA XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora