5. HOSEOK

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La sensación enfermiza en el estómago de Hoseok no tenía nada que ver con el balanceo del bote de remos. Trató de respirar hondo, de concentrarse en las luces del puerto de Ketterdam desapareciendo tras ellos y en el chapoteo constante de los remos en el agua. A su lado, Changkyun se ajustó la máscara y la capa mientras Muzzen remaba con una velocidad agresiva e Implacable, acercándolos a Terrenjel, una de las pequeñas islas periféricas de Kerch, más cerca de la Puerta del Infierno y de Hyungwon.

Había una bruma baja y húmeda sobre el agua, transportaba el olor a brea y maquinaria de los astilleros de Imperjum y algo más: el hedor dulzón de los cuerpos ardiendo de la Barcaza del Segador, donde Ketterdam se deshacía de los muertos que no podían permitirse ser enterrados en los cementerios que había fuera de la ciudad. Asqueroso, pensó Hoseok, ajustándose más la capa. +Por qué querría nadie vivir en una ciudad como esa era algo que no comprendía.

Muzzen tarareaba alegremente mientras remaba. Hoseok solo lo conocía de pasada; era portero y sicario, como el desafortunado Gran Bolliger. El Grisha había evitado el Listón y el Club Cuervo tanto como había podido. Changkyun le había tachado de pedante por eso, pero a Hoseok no le Importaba gran cosa lo que Changkyun Im opinara sobre sus gustos. Miró los enormes hombros de Muzzen y se preguntó si Changkyun lo habría llevado para remar o porque esperaba problemas esa noche.

Por supuesto que habrá problemas. Iban a asaltar una prisión, así que no sería ninguna fiesta. Entonces, ¿por qué estamos vestidos para una?

Había quedado con Changkyun y Muzzen en el Quinto Puerto a medianoche, y cuando embarcó en el pequeño bote de remos, Changkyun le dio una capa de seda azul y un velo a juego, el atuendo de la Novia Perdida, uno de los disfraces que les gustaba utilizar a los buscadores de placer cuando probaban los excesos del Barril. Im llevaba una gran capa naranja con una máscara del Demente sobre la cabeza, al igual que Muzzen. Lo único que necesitaban era un escenario y podrían interpretar una de esas escenillas oscuras y salvajes de la Komedie Brute que a los kerch les resultaban tan graciosas.

Changkyun le dio un codazo.

—Bájate el velo.

Se bajó su propia máscara. La larga nariz y los ojos saltones parecían el doble de monstruosos en la bruma.

Hoseok estaba a punto de rendirse y preguntar por qué necesitaban los disfraces cuando se dio cuenta de que no se encontraban solos. A través de la niebla cambiante, vio otros botes que se movían por el agua transportando las formas de otros Dementes, otras Novias, un Señor Escarlata, una Reina Escarabajo. ¿A qué iba esa gente a la Puerta del Infierno?

Changkyun se había negado a contarle los detalles de su plan, y cuando Hoseok insistió él se limitó a decirle que subiera al bote. Así era Changkyun. Sabía que no tenía que contarle nada porque el atractivo de la libertad de Hyungwon ya se había antepuesto por completo a su sentido común. Se había pasado la mayor parte del año tratando de convencer a Changkyun de que sacara a Hyungwon de la cárcel. Ahora podía ofrecerle a Hyungwon más que la libertad, pero el precio sería mucho más alto de lo que esperaba.

Solo unas pocas luces eran visibles mientras se acercaban al banco rocoso de Terrenjel. El resto era oscuridad y olas que rompían.

—¿No podrías sobornar al carcelero y ya? —le murmuró a Changkyun.

—No necesito que sepa que tiene algo que quiero.

Cuando el casco del bote arañó la arena, dos hombres se apresuraron a meterlos más en tierra. Los otros botes que había visto Hoseok estaban llegando a tierra en el mismo sitio, y más hombres gruñones los arrastraban hasta la orilla soltando maldiciones. Sus facciones estaban borrosas a través de la gasa de su velo, pero Hoseok vio los tatuajes de sus antebrazos: un gato fiero enroscado en una corona; el símbolo de los Leones Moneda.

SEIS DE CUERVOS - MONSTA XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora