Mis primeros amigos, los que conocí en el tren antes de llegar a Hogwarts, fueron un chico y una chica, vecinos, del norte de Londres central, hijos de muggles. Habían asistido a la misma escuela, incluso eran amigos de clase. Qué los dos fueran magos era una coincidencia casi increíble.Ella se llamaba Sophie, era una chica pequeña, con una larga melena negra por la cintura, y con unas grandes gafas negras, parecidas a las mías. Era muy guapa, aunque no tanto como Regulus. Que raro nombre para una niña, pensé, Regulus, sonaba extraño.
El chico se llamaba Alphie, tenía el pelo rizado y era de tez más oscura. Era guapo, cuando sonreía se le formaban unos pequeños hoyuelos que endulzaban su mirada.
Les gustaba hablar, lo cual era perfecto, porque a mí nunca me gustó hablar con la gente desconocida. Prefiero escuchar.
Los dos eran fans de los Beatles, reconozco que no estaban mal, pero en mi pueblo solo lo escuchaban las chicas mayores, y los chicos les llamaban los cuatro maricas de Liverpool. No se lo dije, no quería ofenderlos.
Les hable un poco de mi casa, de mi hermana y de la música que traía. También hablamos de cómo iba a ser Hogwarts.
-Yo creo que voy a ser Slytherin- dijo Alphie feliz, antes de enumerar todas las cualidades positivas de la casa, que había leído en una revista durante su primer viaje al callejón Diagon.
-Te pega mucho, a mí también, ojalá seamos los dos Slyterin- dijo Sophie completamente enserio. Yo sonreí como se sonríe por complacencia. No tenía el corazón de decirle a ninguno que los hijos de muggles jamás habían entrado en Slyterin, eran raros dentro de la casa hasta los mestizos.
-Yo quiero ser Gryffindor- dije tras pensarlo bien -El rojo me queda bien-.
Disfruté mucho su compañía, y les acompañé fuera del tren, en el camino en barca por el lago. Hogwarts era muy hermoso, se veía en la oscuridad de la noche, iluminado desde el interior. Las ventanas brillaban, los cristales permitían ver toda una vida ocurriendo dentro de los muros. No podía esperar a entrar. Es uno de los recuerdos más bonitos que tengo de mis años estudiando, la primera vez que vi el castillo.
Nos recibió una mujer bastante alta, con el pelo recogido en un moño perfecto, parecía que estiraba su boca en una mueca estricta. Era la profesora Mcgonagall, y debo confesar que durante muchos años me pregunté si, al soltarse el perfecto moño, la cara se caía llena de arrugas. Supongo que no.
Ella nos recibió con un sermón y una pequeña glorificación a la institución en la que nos acabábamos de inscribir. Alphie y Sophie miraban a la profesora con sumisión y obediencia, posiblemente intentando no olvidar ninguna de las normas que decía. Yo me perdí en las caras de mis compañeros.
Había una sección a la izquierda de niños serios y con cara amarga, en la que estaba Regulus. Su mirada hacía la profesora era un intento de burla, porque en el fondo se veía que estaban reconociendo todas las reglas. Regulus me vio mientras la observaba, devolvió la mirada levantando un ceja, aunque ya no se veía molesta.
No aparté la mirada, no me iba a arriesgar a perder, por lo que guiñe un ojo en su dirección, sonriendo de lado. Logré espantarla lo suficiente como para que dejará de mirarme, rodando los ojos molesta. También aparte mi mirada, no quería ser reincidente.
Nos condujeron por pasillos de techos infinitamente altos, bóvedas de arista sobre nuestras cabezas, candelabros sosteniendo velas por el camino, y vidrieras sin color, que daban hacia la noche oscura. El suelo brillaba, mármol pulido, no podía creer que fuera a vivir en un lugar así.
El gran comedor estaba lleno de alumnos mayores aburridos, que nos miraban algo escépticos, o tal vez solo fue mi imaginación. Sentí una gran ansiedad al ver cómo los demás iban subiendo frente a todos, esperando que el sombrero seleccionador hablará.
Mcgonagall dijo mi nombre y apellido, subí los pocos escalones como un preso a punto de escuchar su penitencia. Ojos fijos en la piedra, les cerré cuando, para mí horror, el sombrero me tapo la mitad de la cara.
-Un joven inteligente, sin duda...- Dijo, me sentí ahogado por unos segundos. -Conocedor de las artes, le gusta aprender, pero tan poco ambicioso... Definitivamente no Huflepuff, muy egocéntrico- ¿Egocéntrico? Jamás me había sentido tan ofendido, sobre todo porque aquel objeto mágico ridículo estaba dentro de mi cabeza, y se atrevía a llamarme egocéntrico -No te enfades muchacho... Temperamental, gran carácter... Tienes aptitudes para ser un buen Gryffindor, aunque tal vez Slyterin...- Slyterin no, supliqué, no quería pasar los siguiente siete años solo, no quería ser el único mestizo de mi año en Slyterin -¡Gryffindor!- gritó en alto aquella prenda parlante, y al fin me atreví a mirar el público que me esperaba.
Las caras de alegría y respeto despertaron en mi mesa. Me levanté despacio, disfrutando la atención de mis compañeros de casa, y caminé con decisión. Esperaba estar a la altura.
Sophie y Alphie terminaron separados. Ella en Huflepuff, él en Ravenclawn. Era obvio que no les iba a enviar a Slyterin. Pero aquella noche me sentí un igual entre todos, y aunque no conocía a nadie de mi casa, disfrute que nadie conocía a nadie.
Una chica se sentó frente a mi, hija de muggles, me preguntó si yo lo era, porque me veía tan impresionado por la magia como ella.
-No, pero casi como si lo fuera- confesé.
-Ah bueno- dijo sin preguntar nada -Soy Emily-.
-Canna-.
-¿Ese es tu nombre?¿Qué significa?-.
-Es una flor, una flor naranja-.
-Oh, bien. Yo me llamo Emily por una novia que mi padre tuvo antes de mi madre- dato curioso, supuse.
Emily era bajita y algo gruesa. Tenía una melena negra, el puente de su nariz era muy pronunciado, y ojos oscuros. No hablaba mucho, tímida como yo, pero era inteligente.
Empezó a preguntarme sobre magia, yo conteste a sus dudas como todo un conocedor en la materia, sonriendo.
I'll never be who they want me to be
I'll never match their plan
That's okay; the moon made me
And She loves me for who I am.
_ Moon Made _
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SOUL LOVE [RegulusxOC]
Fanfiction- Historia de romance sobre Regulus Black y un OC, Canna Mellifer. - Romance gay, porque Regulus Black es muy y totalmente homosexual. - Ambientado en la época de los merodeadores, es decir entre los 70s y 80s, puede abarcar un poco de la ép...