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      -¿Qué quieres decir con eso?-.

      -Debes de ser oficialmente el último en enterarte- me regañó Isabella.

      -No creo-.

      -Sirius escapó de casa en Navidad. Regulus es el nuevo heredero desde hace meses. Creo que discutió de eso con Lupin-.

      -No creo que sea eso...-.

      -¿Sabes algo entonces?-    insistió. Podía decir la verdad, que sí. Me llevaba bastante bien con Remus, sabía que no era por nada de herencias o irse de casa. Sirius había debido violar la privacidad de Remus, una broma macabra. No pregunté por los detalles, pero Lupin no parecía dispuesto a perdonarlo.

      -No se nada, tienes razón-    se desanimó enseguida. Desinflada de su ilusión inicial, se marchó al poco tiempo. Traté de despedirme con un besó, pero solo me dejó rozar su mejilla antes de marcharse. Creo que ya tenía claro que me iba a dejar. No era un gran novio después de todo.

   Empezaba a notar que solo quería liarme con ella a ciertas horas, sobre todo después de clase de pociones o de estar en la biblioteca estudiando. Empezó a sospechar que la utilizaba por aburrimiento. No mucho más lejos de la realidad.

   Intenté hacerlo bien. Era una gran amigo. Pero faltaba algo. Isabella me pidió quedar como amigos unos días después de los exámenes finales.

   Regulus me preguntó que pasó con mi noviecita. Yo me reí y le dije que nada nuevo, simplemente no soy romántico. Se rio un poco.

      -¿Piensas tener una novia diferente cada año?-.

      -No debo ser un gran novio...-.

      -Pero esta es la primera que te deja-    le miré sorprendido. Jamás se me había ocurrido que Regulus se fijará tanto en aquellos detalles    -Se que no me equivoco-.

      -No habré encontrado a la persona correcta-.

      -Tal vez deberías conocerte mejor a ti mismo, porque sin duda no sabes lo que quieres-    le miré ofendido, pero no lo corregí. Aquella tarde del 76 comprendí que, por una forma u otra, Regulus sabía que yo era gay. No era tan tonto después de todo.

      -Tal vez, pero creo que conocerme tanto es mi problema-    respondí. Miró hacía el suelo pensativo, en silencio.

      -Yo estoy enamorado de alguien-    me dijo    -Si le dices a alguien lo negaré. Pero supongo que es complicado... A mi familia no creo que le guste demasiado-.

      -Bueno, ¿y qué le gustaría a tu familia?-    sonrió negando con la cabeza, volvía a verse triste, y me dijo que nada. Nada haría feliz a su familia. Yo no lo entendería.

   Me preguntó si me gustaría ir a estudiar con él a la biblioteca. Le pregunté sino le importaba que le vieran con un mestizo, se encogió de hombros esperando que le confirmará. Me quedé callado riendo nervioso. No estaba seguro, ¿y si era una trampa? No hacía tanto tiempo del incidente de diciembre con Crouch.

      -Tengo otro planes-    mentí. Me miró muy decepcionado, aunque no insistió en saber que planes tenía. Terminó la clase y recogí corriendo para irme.

   Me encerré en mi dormitorio, echando a Cristofer fuera. Puse en mi reproductor a la maravillosa Mina una y otra vez. Carlos golpeaba la puerta al otro lado, así que subí el volumen de Città vuota.

   ¿Quería a Regulus? No, claro que no. No me gustaba. Al menos no mucho.

   ¿Qué quería?

   ¿Qué quería yo?

   ¿Qué quería hacer?

   ¿Yo no quería tener nada que ver con él?

   ¿Quería verle? 

   Le busque después de eso. No pregunté a nadie si lo había visto, no quería ser obvio, pero busque sin parar.

   Cuando lo encontré estaba subiendo a la lechucería. Le interrumpí de un tirón en su túnica. Me miró molesto, aunque su mirada se suavizó al reconocerme.

      -Hola-    dijo. Cerré los ojos, y subí los escalones que me separaban de él. Solo había una forma de saber que sentía. Fue algo impulsivo y tonto, pero pase una mano por su nuca y junté nuestras bocas cerrando los ojos.

   Se agarró a mi túnica con fuerza, tirando de mi para que no me alejará. Cómo si mi alma y mi mente se fusionarán en una, las mariposas en lo bajo de mi vientre corrieron a convertirse en un concierto de fuego artificiales.

   No pensé, solo quería más. No termines pensaba. Nuestros dientes chocaron, realizando como despertador de aquél sueño que acababa de vivir. Tan rápido latía mi corazón que al separarme no podía escuchar otra cosa.

   Regulus mordió su labio, y se alejó subiendo las escaleras, siguiendo su camino a la torre. Me dejó allí sin decir nada. Entré en pánico y hui. Que mi yo de mañana lidiará con las consecuencias de lo que yo había hecho hoy.

   Seguía siendo aquel niño asustado de si mismo, que ante la visión de lo mucho que quería besar a otro chico, se había encerrado a llorar. Seguía ocultándome detrás de las faldas para que nadie sospechará. No quería vivir así, y si Regulus quería sentir algo real tanto como yo, sería sincero.


   Le esperé estudiando en al biblioteca, cuando llegó se quedó quieto en la entrada, mirando en mi dirección. Era tarde, no demasiada gente estaba por allí. Le miré y sonreí, señalando con mi cabeza un sitio frente a mi. Dudo, balanceándose sobre si mismo con pesadumbre. Se acercó.

      -Hola-    dijo, ya no me miraba. Tome aire y me disculpé.

      -No debí hacer eso así por así-    quería que lo negará, pero en vez de eso se encogió de hombros.

      -No pensé que de verdad tú... Pensé que te avergonzaba el tema, pera eras muy noble como para... Bueno. Tienes novia-.

      -No tengo novia-    le corregí    -Además, te pueden gustar chicos y chicas-.

      -¿Eres bisexual?-    la palabra, siempre se me olvidaba.

      -No, me gustan los chicos-    dije, si quería ser sincero no iba a comenzar con una mentira.

      -Bueno, entonces no eres tan noble como yo creí-    sonreí apenado, pero no añadí nada    -Oye, las cosas que decía, ni te pienses que iban enserio-.

      -¿Qué cosas?-    Regulus decía muchas cosas.

      -Eh... Ya sabes. No me voy a repetir-.

       -Entiendo-    no entendía nada.

       -Es mejor que quedemos como amigos. No me interesa mucho salir con nadie, aunque podríamos quedar a veces-.

       -Claro-    una parte de mi se sintió aliviada, no sabía lo que quería    -¿Pero por qué?-.

       -No me cuestiones-    protestó. Sacó el libro de transformaciones y golpeó la mesa, ignorándome.




Cualquiera en su sano juicio

se habría vuelto loco por ti.







SOUL LOVE [RegulusxOC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora