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   Poco después de Halloween me entraron unas fiebres horribles, pensé que me iba a morir. Creo que el dolor era comparable a mi accidente un año atrás, cuando me rompí el brazo. Tal vez un poco menos. No recuerdo gran cosa, me comentaron que mucha gente me visitó, y mis padres habían estado a muy poco de venir a buscarme.

   Madam Pomfrey aplacaba la fiebre, entonces sentía un dolor muy fuerte en todas partes, me daba alguna poción sedante, y esta hacía efecto en contra de la primera poción, la fiebre volvía. La buena mujer tuvo que elegir entre tratarme la fiebre o el dolor. No fue divertido. Se suponía que era un gripe, pero luego resulto ser un virus intestinal. Cómo estaba muy débil me entró una pulmonía. Sino hubiera sido por la magia estoy seguro de que no estaría hoy aquí.

   Emily bromeaba cuando venía a verme con que, si moría por un resfriado, estaría inaugurando oficialmente la segunda edad media. No era muy graciosa. Yo me reía y le decía que no era tan grabe, pero cuando se iba por la puerta tenía que ir a vomitar por estar demasiado tiempo despierto. Al final Pomfrey prohibió que recibiera visitas.

   A la semana de estar en la enfermería, cuando la pulmonía se me había pasado oficialmente, empeoré sin razón alguna. La fiebre me subió, empecé a delirar un poco. Me obligaron a tomar una poción para pasarla, entonces el dolor se volvió insoportable. Y la enfermera de la escuela lo vio claro, aquello no era un resfriado fuerte, era una maldición. Por eso las medicinas no funcionaban juntas, y no terminaba.

   Se juntó con Dumbeldor y varios profesores. Dicen que el propio director intervino en la preparación de la poción que me iban a dar para romper la maldición. Pienso que comenzaban a estar un poco preocupados todos. Yo no demasiado, porque no sabía que estaba pasando.

   No se sabe quién lanzó la maldición, y nadie en toda la escuela volvió a sufrirla. Tuve mis sospechas durante un tiempo de que podía haber sido Snape por humillarlo, o tal vez Regulus y Crouch, aunque descarté esta teoría. También pensé en Patty, porque era mi ex, pero aquello hubiera sido raro. Por un momento pensé en Evan Rosier, que más de una vez me había deseado la muerte, pero no tenía motivos para culparle a él más que a Snape o a cualquier otro.

   Sea como fuere, no me morí, obviamente. No se quién lo hizo. Se que no lo hizo Regulus, porque se lo pregunté y me juró que no tenía nada ver. Yo desperté sin dolor al día siguiente de tomar la poción de Dumbeldor. Cansado, muerto de sueño. Estuve tres días más en la enfermería recuperándome de estar enfermo.

   Mientras descansaba llegó Remus a la enfermería, y Madame Pomfrey le ocultó de mi, en la esquina opuesta. No me acerqué a preguntar qué le sucedía, aunque la duda me ocupaba lo suficiente como para distraerme.

   Una noche, mientras la luz de la reciente luna llena iluminaba toda la habitación, escuché su voz, resonó por todas las paredes, con un ligero eco. Me aburro, dijo sencillo.

      -¿Estás despierto?-    pregunté. Esperando que no le estuviera escuchando divagar por alguna fiebre.

      -Sí...-    me respondió. Ya no sentía aquél imperdonable crush, pero hablar con él rodeado por la oscuridad hizo que mi corazón se acelerará nervioso.

      -¿Me he perdido algo esta semana?-    pregunté.

      -No demasiado, Ravenclawn ganó el partido de Quiddich del martes... Creo-    dijo dudando un poco.

      -Mierda, me he perdido el primer partido...-.

      -Ya vendrán más...-.

      -Sí... ¿También te ha pillado la fiebre?-    pregunté, no quería terminar la conversación.

SOUL LOVE [RegulusxOC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora