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   Durante el verano me caí de la bici y me rompí el brazo izquierdo. Estuve obligado a guardar reposo y no hacer nada peligroso.

   Mi madre podría haberme curado con una poción, pero me había caído delante de todos mis amigos, y todos habían visto el codo salido y la muñeca colgando. Marco había vomitado. Pase mucho tiempo con él en verano, y con mi tortuga Juanita. La verdad es que nos hicimos muy buenos amigos; Marco y yo digo, Juanita nunca me ha querido.

   El día antes de volver a Hogwarts me pidió la dirección. Le dije que, como estaba en Londres, le tenía que dar las cartas a mi madre para que no le cobrarán más dinero. Me quería escribir, aquello era maravilloso.

   Estaba tan emocionado por esta noticia, que mientras subía al tren sonriendo, con el brazo escayolado y una tortuga llamada Juanita en el otro, se me olvidó que había cortado con Shopie por carta y que en poco tiempo debía afrontar las consecuencias.

   Me senté en un vagón y esperé a Emily, mientras hablaba con la tortuga. Sé que las tortugas no son como los perros, pero escuchan muy bien, no parpadean mientras hablas.

      -¿Te volviste demente?-   me preguntó Crouch desde el otro lado de la puerta, golpeando el cristal. Le dediqué una mala mirada    -¿Qué tienes en el brazo?-    se burló. Me toque la escayola y suspiré, luego pasaría por la enfermería de Madam Pomfrey.

   Crouch pasó de largo, pues no le estaba prestando atención. Regulus se asomó con curiosidad. Apretó la mandíbula al verme, y yo fruncí el ceño como respuesta. ¿Qué quería? Miró mi brazo y a mi tortuga, luego a mi. Juraría que le vi sonreír, pero no estoy seguro, porque después se fue sin decir nada.

   Emily abrió la puerta a los pocos minutos, mirando igual de confundida a la tortuga.

      -Se llama Juanita, muerde-    advertí.

      -¿Qué te pasó en el brazo?-.

      -Se me da mal montar en bici-   la vi sonreír, se sentó tranquila y me siguió preguntado por mi verano. Yo le hablé de Marco, y de todas las cosas que había hecho con Marco, de la música que le gustaba a Marco, de los libros, de las veces que había ido al cine con Marco...

      -Me tienes que presentar a Marco-    se burló de mi. Yo asentí totalmente serio.

      -El año que viene deberías venir a mi pueblo-.

      -¿De verdad?-.

      -Sí, claro-    Juanita estiró el cuello arrugado hacía la manga de mi túnica y la mordió    -Oye...-.

   Emily había estado en Benidorm durante agosto, se veía casi tan morena como yo. Me había traído un llavero plateado, con la letra C y una flamenca. Lo colgué en mi bolsa de clase. Por si se me olvida mi nombre, bromeábamos.

   Cuando crucé la puerta del comedor iba sonriendo. Alphie estaba sentado en la mesa de Ravenclawn, me saludó al verme. Después señaló hacia mi mesa. Allí quieta estaba Shopie, de pie entre todos, me miraba directamente.

   Yo la saludé confundido, levantando la escayola sobre mi cabeza. Juanita me mordió la manga de la túnica. Shopie se acercó a mí entre todos los alumnos que seguían entrando. Por un momento me aterró la idea de que pudiera besarme, como en una película mala que había visto aquel verano.

   Acercó su mano a mi cara, y yo me alejé un poco, espantado por la duda. Entonces me abofeteó.

      -Eres un cretino-    dijo molesta. Me dolía donde me había pegado, y Juanita había soltado la túnica para mirar a Shopie con la misma cara asustada que yo    -¿Te gusté en algún momento?-.

SOUL LOVE [RegulusxOC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora