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   Lloré mucho. 

   No sabía que hacer, cómo estar seguro, con quién hablar... Tenía novia, una novia que tal vez no me caía muy bien, pero era mi novia. No podía ir y dejarla porque Remus Lupin me ponía nervioso en la biblioteca. Así que lloré mucho.

   ¿Habría alguien más gay en Hogwarts? Por estadística debía haber alguien más.

   Podía fingir que no sabía esto, y seguir con mi vida, pero me angustiaba mucho no saber nada del tema. Lo único que conocía eran mis sentimientos, no creo que sean la fuente de información más confiable.

   Seguí hiendo a la biblioteca, no quería que se me notará un cambio. Todo el mundo decía que Lupin era muy listo, no quería arriesgarme a que notará que yo me comportaba de forma extraña, que se preguntará por qué. Tampoco creía yo que me gustará tanto, solo me gustaba, ya esta.

   Empecé a pasar más tiempo con Patty, supongo que para compensar. Fingiría que no me había dado cuenta de que no me gustaba.

      -¿Cómo esta tu tortuga?-   me preguntó un día Regulus, en clase de pociones. Desde que había notado que era gay evitaba mirarle todo lo posible.

      -¿Mi tortuga? Bien, es lesbiana-   dije sin pensar. Hubo un silencio largo, muy largo, que se me hizo muy incómodo. Cuando le había dicho a Patty que mi tortuga era lesbiana se había reído, cuando se lo había dicho a Alphie se había atragantado de la risa, Emily era la única que se había molestado.

      -¿Lesbiana?-.

      -Déjalo, es un broma que tengo con mis amigos- me justifiqué. El silencio ya no era incómodo, era agonizante. Tuve que mirarle. Llevaba mucho sin mirarle.

   Me estaba observando con el ceño fruncido, y levantó la cabeza orgulloso al ver que le estaba viendo. Parpadeó lentamente alzando las cejas, antes de sonreír y decir lo mucho que le alegraba ver que le volvía a mirar.

      -No me había dado cuenta de que no te miraba-   mentí molesto. Él sonrió negando, y se pasó una mano por el pelo rizado muy despacio antes de contestarme.

      -Que humillante entonces-   me hizo reír, creo que nunca me había hecho reír Regulus hasta ese momento.


   Sentía que al sentirme de aquella manera iba a ser una gran decepción para mis padres. Después de todo, era el heredero de la familia Mellifer, que si bien no contaba con el título de sangre pura, contaba con tradiciones milenarias y un renombre que no podía mancillar siendo una fruta podrida.

   Nunca había tenido problema con la gente queer, porque mi tío era queer, el hermano de mi padre. Nos traía los mejores regalos, y vivía en París con su pareja, un rubio muy simpático. Mi padre nunca nos dijo nada, nunca decía nada de nada, pero sabía que no le gustaban los gays. No le importaban, pero no le gustaban. Me daba miedo ser la semilla que terminará por germinar en él un odio o repulsión hacía la gente como yo. Hacía mi.

   Definitivamente no iba a correr a casa y gritar que era gay. No me iba a arriesgar. Mi madre me pediría que no le dijera nada a mi abuela, porque es muy mayor y no hay que darle disgustos. Me convertiría en el disgusto de la familia.

   No sabía que pensaban mis amigos, pero si se lo decía y me rechazaban, era algo que no estaba preparado para afrontar. No diría nada de nada, a nadie, ni si quiera a Juanita. Juanita debía odiar a los gays también, porque no dejaba de morder mis cosas. Era una tortuga lesbiana homófoba.


   La semana antes de los exámenes, con la biblioteca llena de gente que venía a superar lo que no había estudiado en todo el curso, mi mesa se llenó por alumnos de quinto, y no tuve el valor de decirles que aquél era mi lugar. Caminé silenciosamente hasta la mesa de delante, sabiendo que aquello iba a lograr que estuviera una mesa más cerca de Remus.

   Lupin tardó en llegar más de lo que debía, y cuando llegó, su mesa estaba ocupada por un gran grupo de alumnos de sexto. Me pareció curiosa la coincidencia, y traté de no parecer muy interesado. Había muchos sitios libres, como el que estaba enfrente de mi. Quería que se sentará, pero no quería arriesgarme y verme muy emocionado.

      -¿Me puedo sentar?-   me preguntó. Era la primera vez que escuchaba su voz. Era algo más grabe que la mía. Asentí viendo como empujaba la silla con un píe, posando un libro de transformaciones frente a mi. Me concentré en el libro, tratando de leer lo que decía al revés, para no verle a él    -Creo que no se tu nombre-.

   Que puñalada más bajá. Era obvio que no sabía mi nombre, jamás habíamos hablado, pero se sintió como si me acabará de decir que era el ser más insignificante que había conocido. Yo sonreí tratando de que la traición y el dolor no se reflejará en mi mirada.

      -Soy Canna Mellifer, un gusto. ¿Tu eres...?-   tenía que aparentar ser guay, no conocer su nombre también, devolverle el ataqué directo.

      -Remus Lupin-    me dirigió una mirada larga, analítica, yo escondí mis manos bajó la mesa para que no me viera jugar con los dedos nervioso. Bajó la mirada a su libro e hice lo mismo. La verdad es que no se si aprendí algo aquél día, pero jamás estuve tanto tiempo concentrado en mi lección. Era verdaderamente apasionante leer el libro por no mirar a la cara a Lupin.

   Cuando terminé de estudiar y le miré, me sorprendí de ver que me estaba mirando. En sus ojos brillaba una curiosidad apagada. Levanté las cejas sonriendo antes de decir que había terminado de estudiar. El había acabado también, pero tenía una pequeña duda. Adelante, le dije yo.

      -¿Tu tenías novia?-.

      -Sí, más o menos- respondí, ¿quería consejos amorosos de mi? Se que en dos años había tenido dos novias, pero no era por méritos propios.

      -Eso me sonaba, sí-   sentí que sabía algo. Tal vez había sido muy obvio en algún gesto, o después de meses de mirarle en silencio él mismo había notado que algo no andaba en el camino correcto.

      -Sí, bueno, me voy ya-   me despedí rápido, estaba algo nervioso    -Chao-.

      -Bye...-   me respondió sin moverse de su lugar. Cuando llegué a mi cuarto, tomé a Juanita entre mis manos, la miré a los ojos y le dije que jamás dejará que otras tortugas supieran que era lesbiana, era muy peligroso. Me mordió el dedo, tuve que bajar a la enfermería ya que no dejaba de sangrar. Maldita tortuga homófoba.




todos tenemos 

nuestro intenso y privado

apocalipsis






SOUL LOVE [RegulusxOC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora