Desesperación.
Así podría resumir los meses hasta las vacaciones. Pura desesperación por un pequeño gesto por parte de Regulus. Una mirada simbólica, una mueca o una palabra. Cualquier cosa.
Yo había pedido el silencio, él me estaba dando lo que yo quería. Pero no lo quería más. Quería una maldita explicación. Me había besado, eso no se hace sin la intención de decir algo después.
Emily me notaba preocupado por algo, y en los entrenamientos de Quiddich me llamaban la atención a menudo por quedarme pensando. Los profesores me empezaron a preguntar si estaba en clase o viviendo en la nubes. La verdad es que la gente estaba siendo un poco más dramática de lo necesario.
De todas formas, ninguno podía tener quejas de mi. Puede que estuviera despistado en clase, pero entregaba todo bien y a tiempo. Además, aunque en los entrenamientos de Quiddich podía quedarme viendo hacia el cielo enigmáticamente, mi melancolía solo llegaba a eso. Mi rendimiento en los partidos era perfecto. Siendo sincero, no soy bueno en Quiddich. Para la liga escolar no estoy mal, pero eso es todo. Jamás sería como Jammes Potter o Marlene Mackinnon, estaban a un nivel superior.
El primer partido contra Slyterin había estado bien. Abracé mis confundidos sentimiento y saqué todo en forma de rabia. Me felicitaron después del juego. En el último partido de la temporada competíamos contra Hufflepuff. El juego contra Hufflepuff no me preocupaba, aunque jugaba contra Shopie, y se sabía mis puntos débiles, porque entrenamos juntos algunas tardes.
Lo noté cuando, para esquivarme, una de las cazadoras paso por debajo de mi en vez de a un lado. Podía ser una coincidencia, pero cuando noté que me lanzaban una bludger desde abajo, me di cuenta de que iban a por mí miedo a inclinarme hacia delante en la escoba. -Puta Shopie- dije cuando al fin logré pillar la quaffle.
Uno de los bateadores de Hufflepuff corrió tras de mi, y me lanzó la bludger asesina en vertical. Era morir o inclinarme en la escoba. Elegí la muerte. Agarré con fuerza la pelota y salté de la escoba cuando la bludger hizo estallar mi palo en pedazos. Se la lancé a Jammes que venía en lo que parecía ser a mi rescate, y procedí a aceptar que la vida a veces es muy corta y había llegado mi hora.
Obviamente Mcgonagall me salvó del impacto, aunque mi escoba quedó destrozada. Cómo no me sucedió nada, se sacó tarjeta al bateador de Hufflepuff, que tampoco tenía mucha culpa, creo yo, pero era el mejor jugador del equipo. El partido siguió y me quedé sentado en el banquillo con él.
-Lo siento mucho- me dijo tras varios minutos de un incómodo silencio.
-No te preocupes, es un juego peligroso...- bromeé. Le miré para ver si se reía, pero me veía demasiado apenado como para reír.
-Te la pagaré, lo prometo-.
-Esta bien, de verdad... Soy Canna Mellifer-.
-Ya, el italiano- me contestó con una sonrisa -Soy Andreu McDowell- nos dimos la mano mientras el juego seguía. McDowell era un buen tipo, me pagó la escoba. A finales del mismo año sus padres fueron asesinados en un ataque de vampiros, no terminó los estudios en Hogwarts. Shopie me contó que creían que se mudó a Irlanda con su abuela, nadie se molestó en investigarlo.
Ganamos el juego, aunque Shopie logró capturar la snitch, pero ya era demasiado tarde. Potter y sus amigos organizaron una fiesta en la sala común, la última del curso, la más grande. Alumnos de las otras clases se sumaron, incluso llegué a ver uno o dos Slyterins durante la noche.
Resulta que cuando eres parte del equipo de Quiddich y ganas un partido, o rompes tu escoba, no puedes simplemente quedarte en una esquina bebiendo con tus amigos. Marlene, muy maja siempre, corrió a por mi e insistió en que debía salir a bailar.
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SOUL LOVE [RegulusxOC]
Fanfiction- Historia de romance sobre Regulus Black y un OC, Canna Mellifer. - Romance gay, porque Regulus Black es muy y totalmente homosexual. - Ambientado en la época de los merodeadores, es decir entre los 70s y 80s, puede abarcar un poco de la ép...