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   Tras la cena, vestí una larga capa azul marino y salí del castillo por una puerta enana en las cocinas. Salir corriendo del castillo, en mitad de la noche, sumergido en la oscuridad, sabiendo cómo de cerca hay un bosque de criaturas oscuras y maléficas, no suena muy inteligente. Corrí por los paseos como si me persiguieran. No me detuve en ningún momento.

   Estaba tan feliz por Regulus, lograba aplacar el miedo a que saltará un animal salvaje de la oscuridad. La escuela estaba aterrorizada por los ataques de criaturas oscuras, debido a la guerra. Y era contagioso.

   Mi madre me había enviado una Virgen de plata para protegerme, más por la plata que por la Virgen. Pero Remus me había mirado algo mal la primera vez que me vio con ella, y la opinión de Remus era muy importante para mí. Deje la Virgen en la mesita de noche por el resto del año. Sin embargo, aquél día la llevaba.

   Mis amigos estaban en la Cabeza de Puerco, el bar para adultos, menos amigable que las Tres Escobas. Estaban bebiendo lo que parecían chupitos de ron. Enseguida me uní a su fiesta. Ethan me dijo, muy triste, que ya no tenían más porros, y Emily le miró mal sin decir nada. Yo resoplé y me terminé mi primer vaso.

   Entre los seis pudimos beber dos botellas antes de que Alphie vomitara. Era un ron muy malo, asqueroso. Salimos a la calle, y caminamos hacia el bosque, a la casa de los gritos.

   Emily se burló de mi por llevar la medalla de plata, le iba a responder que me dejara en paz, pero en mitad de su borrachera gritó que si aparecía un hombre lobo ninguna cadena de plata nos iba a defender. Todos nos quedamos callados.

      -La luna no es llena-    traté de calmar el tenso ambiente. Emily se rio y saco un cigarro de su bolso.

      -No dejan de tener magia-    respondió.

   Aunque tratamos de seguir nuestro camino y colarnos en la casa de los gritos, el ambiente se había enfriado. Shopie no dejaba de pedir que volviéramos, y Alphie tampoco se veía por la labor de llegar hasta el final. Ethan estaba cagado, pero no decía nada. Emily me miraba a mi. Todos me miraban a mi.

      -Volvamos al pueblo-    dije tratando de que todo terminará bien. Se animaron un poco. Pedimos otra botella, esta vez de whisky. Me divertí mucho, a pesar del pequeño incidente. 


   Dormimos todo el viaje en tren. Tuve una horrible pesadilla sobre la guerra, en la que dos magos vestidos de negros atacaban a Shopie y a Ethan. Alphie estaba gritando, pero no le veía, no sabía dónde estaba. Emily apareció por un pasillo, me dijo que necesitaba ayuda, la seguían. No sabía ayudar. Me desperté temblando. Miré a mis amigos durmiendo.

   Si al finalizar el año me alistaba en la guerra, en el no tan secreto ejército de Dumbeldor, podría llegar a hacer algo importante. Tal vez eso era lo que decía hacer con mi vida. Siempre he sido bueno en duelo.


   Me despedí de mis amigos en la estación. Remus, que aquel era su último año, se acercó a despedirse de mi. Ambos pensamos que aquella era la última vez que nos veíamos. 

   Regulus se había ido de los primeros de la estación, y en su lugar se despidió de mi Crouch Junior, que se paró a mi lado y me clavo la barita en el bazo disimuladamente.

      -Maricón-    maricón tú, pensé    -Ten cuidado este verano, Black no está para cuidarte...-    le miré, pensando en que era raro que le llamará Black y no Reg. Crouch se alejó y sentí el alivió en mi costado. Le odiaba tanto.

   Cuando regresé a casa todos estaban contentos de vernos a mi hermana y a mí. Volvimos a casa, al pueblo. Iba a echar de menos a mis vecinos romanos, pero la ciudad me daba asco.

SOUL LOVE [RegulusxOC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora