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Ni-ki quería vivir una vida normal cómo la del resto, quería ser un chico feliz sin tener que atormentarse a él mismo, pues la mayor parte de su rebeldía y mal humor era debido al lío en su cabeza que causaban fuertes incendios y descontrol en sus emociones.

Y al final, siempre se activaba el bloqueo de emociones.

Luego de noches largas, que parecían no tener fin, llegaba un desespero por sentir un alivio a su pesar que elegía lo que más estuviera a su alcance.

Y aquello volvió a repetirse. Era su primera noche en un lugar nuevo y luego de literalmente ser abandonado allí, no podían pedirle más.

Estuvo dando vueltas en su nueva cama sin poder descansar, las personitas en su cabeza estaban trabajando a altas horas de la noche y contra su propia voluntad. Aquellas personitas no eran para nada buenas, pues solo se encargaban de generar las inseguridades y temores que se sumarían a sus traumas ya existentes.

En su mente apareció la imagen de su padre hace unas horas antes, como le pidió que se lavara y bajara, recordó la ilusión que sintió ante la idea de salir junto a su padre, y entonces se sintió estúpido, aún más que antes.

Nuevo bloqueo: Nunca decir lo que este en tu mente sin antes asegurarte que sea verdaderamente así.

Posteriormente, llegó la imagen del chófer al tirarlo en aquel lugar, dejándolo a su suerte - o al menos así lo veía él - sintió el coraje nuevamente y lo volvió odio, pues su chófer siempre había sido alguien de su confianza y salvador.

Nuevo bloqueo: Nunca confiar en nadie.

Cómo último recuerdo, llegó la imagen del pelirosa de nombre Kim Sunoo, y por primera vez en su noche, sonrió.

Pero su sonrisa no duró demasiado, pues las personitas trabajadoras no le permitían ser feliz y al instante agregaron sus miedos a la escena que se proyectaba.

Sí, ahora era un Nishimura golpeando a un Kim Sunoo solo por no poder controlar la llama en su interior, como siempre sucedía.

O en el peor de los casos, si no pasaba aquella pelea y ellos se volvían cercanos. Entonces daría paso a sus debilidades ¡Y Nishimura Riki nunca sería débil! ¿Podría permitirse que alguien lo haga sentir inferior? ¿Sería capaz de ser amigo de alguien sabiendo lo que eso traería como consecuencia en su vida?

La respuesta era rápida y sencilla: No, no podría.

Y eso fue suficiente para desbordar una gran oleada de inseguridades y recuerdos dañinos que lo atacaron hasta causarle un llanto expresado con quejidos y lágrimas resbaladizas por las mejillas de un Ni-ki dormido.

Y nadie nunca sabría aquello. Que era lo peor.

Por la mañana del siguiente día:

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Por la mañana del siguiente día:

Sunoo había despertado muy emocionado, hoy por fin su madre lo había dejado ir a laborar junto al resto de chicos en el campo. Cada dos días todos se juntaban para realizar actividades en conjunto a favor del lugar dónde habitaban. No pasaban de actividades de limpieza, tala de árboles o recolección e inspección de ganado.

Stars | Sunki |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora