Los siguientes días empezaron a transcurrir con una gran velocidad, desde que Sunoo y Riki habían iniciado una relación las cosas habían cambiado ligeramente entre ellos. Todo para bien.
Para el resto podía lucir que seguían igual de antes, sin darles necesidad de sospechar algo entre su relación, pero para ambos, una simple caricia como lo era el tomar su mano se convertía en algo tan significativo que los hacía sonreír. Gracias a Sunoo, Riki comenzó a sonreír todos los días.
Iban juntos a cualquier lado, no había día en el que vieras a uno de ellos solo por las calles, siempre tenía que ir acompañado del otro. En cuanto a los cursos, Riki comenzó a socializar con mayor facilidad al punto de hacerse amigo de aquellos chicos de su edad con quiénes hablaba Sunoo antes de su llegada.
Gracias a ello, ahora tenía nuevas amistades con quiénes formar equipo cuando la maestra se los solicitara. Juntos pintaron, dibujaron, jugaron y rieron mucho, los cursos eran todo un éxito entre los menores de edad.
Poco a poco, Riki se fue ganando la confianza en las madres del pueblo, comenzando a permitir que sus hijos se acercaran a él para jugar o pedir ayuda, a lo cual él aceptaba con gusto.
Así fue como se fue ganando a la madre de Sunoo, quien observaba todo desde lejos para corroborar que ese chico no fuera un peligro para su hijo.
La primera vez que lo observó en los cursos, Riki estaba jugando con varios niños a las traes; la segunda vez, se encontraba pintando en una piedra, tan concentrado en ello que lucía demasiado inofensivo; para la tercera vez, ahora era él quien ayudaba a la maestra a dar las indicaciones y controlar a los pequeños inquietos. Riki sin duda estaba demostrando algo muy diferente a lo que se decia de él.
Mientras que, Kim Sunoo solo podía quedar encantado con él, ¿En qué momento el chico arrogante y malhumorado que conoció se había convertido en ese chico sonriente y juguetón? Realmente él tenía tanto escondido detrás de su ruda apariencia.
Así fueron pasando los días hasta cumplir las dos semanas, a esas alturas ya todos habían olvidado la imagen anterior que tenían del japonés y habían guardado la versión confiable del chico. Incluida la señora Kim.
Aquel domingo por la tarde, a Riki se le fue invitado a su casa a tomar la comida junto a ellos, Sunoo se había mostrado tan entusiasmado que no se atrevió a negarse.
Así que ahora estaban allí, los tres sentados en la misma mesa, Sunoo y Riki sentados uno al lado del otro, mientras su madre los observaba justo frente a ellos. La comida no fue incómoda, pero si hubo mucho nerviosismo de por medio con temor de ser descubiertos en su relación y de no ser aceptados.
El pelinegro sabía que la madre de Sunoo ya no lo odiaba, pero eso no significaba que iba a aceptarlo si se entera que tenía una relación con su hijo. O al menos eso pensaba.
Entre la comida, la mujer empezó a realizar pequeñas preguntas a Riki, como típica madre que se preocupa por las amistades de su hijo.
- ¿Cuánto tiempo te quedarás aquí?
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Stars | Sunki |
Fanfiction- ¿Me amarías sabiendo que nunca podré mirarte? - Te amo, Kim Sunoo. - ¡Estoy ciego, Ni-ki! - Kim Sunoo, veo estrellas en tus ojos... Kim Sunoo y Nishimura Riki pasan de un odio a un amor, viviendo una historia cliché en un lindo campo donde vivía e...