- ¿Me amarías sabiendo que nunca podré mirarte?
- Te amo, Kim Sunoo.
- ¡Estoy ciego, Ni-ki!
- Kim Sunoo, veo estrellas en tus ojos...
Kim Sunoo y Nishimura Riki pasan de un odio a un amor, viviendo una historia cliché en un lindo campo donde vivía e...
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Cuando Sunoo lo escuchó decir aquello, realmente pensó que estaba bromeando, que estaba usando su debilidad para jugarle algún tipo de burla o para recordarle su cruda realidad. Puesto que era imposible simplemente pensar en la posibilidad, Sunoo había dejado esa ilusión muy atrás, pero aún quedaban esos destellos que se asomaban, aquellos que siempre ignoró, hasta ahora.
- ¿A qué te refieres? No juegues con esto por favor, es un tema serio. - Atacó Riki, atento a cualquier indicio de burla, sabía que no era imposible que Sunoo recuperara la vista, pero si imposible que su padre supiera de ello. A menos que...
Volteo a ver a Sunghoon y él solamente se encogió de hombros, seguido del otro par, confesando no saber nada respecto a lo que hablaba el hombre.
- Y no estoy bromeando, hace dos días hablé con su madre y me disculpé con ella igual, busque un modo de ayudar y descubrí que era posible recuperar la vista si se hace una operación, solo sería cuestión de encontrar a un donador. - Dijo con simpleza, ofendiendo a Riki, pues él había estado trabajando en ello y se encontró con que era muy imposible conseguir un donador que no fueran los de la lista, y Sunoo estaba muy abajo en ella.
- Lo dices como si fuera tan fácil. - Murmuró Riki entre dientes, como si no quisiera ser escuchado. Pero el silencio de la sala llevo a que fuera audible para el hombre.
- No digo que será fácil, solamente permíteme intentarlo, conseguiré un donador que sea compatible contigo y realizaremos la operación. - Está vez si mostró una pequeña sonrisa, confesando que era sincero y que eso también era algo que le alegraba a él.
- Escuché que era muy caro... - Dijo Sunoo apenas, mordiendo su labio inferior.
-Consideralo un regalo. - Le interrumpió antes de que pensara más negativo y está vez Sunoo se quedó sin excusas.
-Intentemoslo. - Se decidió, dejando sorprendidos a los tres chicos que le rodeaban.
El hombre parecía ser sincero y si ya lo había hablado con su madre entonces ¿Qué perdía con intentarlo? Solo trataría de no ilusionarse tanto con la idea, pues incluso la operación no garantizaría un buen resultado.
O al menos eso intentó.
Los días siguientes estuvo más animado que antes, sintiendo ganas de comer y de salir de casa, bajo la excusa de que debía sentirse bien al momento de la operación. Incluso en todas las sesiones le contaba a su psicóloga que había la posibilidad de que pudiera ver y se ponían a hablar de ello en casi toda la hora y media.
Todos notaban su cambio de actitud, les alegraba y les aterraba a la vez, pues sí, disfrutaban de ver al ahora rubio feliz pero también les daba miedo que sus ilusiones fueran en vano y que terminara muy afectado si aquello no llegara a ocurrir.
Sin embargo, su negatividad se esfumó cuando aquel día, el padre de Riki fue a recogerlos a la universidad - luego de que Sunoo se hubiera sentido seguro de ir - y les llevo la noticia de que habían encontrado un donador.
