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Poco a poco, Sunoo fue regularizando su respiración hasta poder tener las fuerzas para ponerse de pie - pero aún con ayuda de Riki -

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Poco a poco, Sunoo fue regularizando su respiración hasta poder tener las fuerzas para ponerse de pie - pero aún con ayuda de Riki -. El mayor le tomó la palabra a su propuesta de regresar a casa, entonces Riki se colgó ambas mochilas sobre su espalda y aún así sostuvo a Sunoo pasando su mano por detrás de su espalda y debajo de sus brazos para tener mayor firmeza.

Una vez los sollozos de Sunoo se escucharon más lejanos, la puerta de un cubículo se abrió y Jungwon salió de este mordiendo su labio inferior con una pequeña sonrisa, no sabía que había sido aquello pero sin duda le agradó.

- No sabía que no era el único... - Se dijo a sí mismo mientras se miraba en su propio reflejo, comenzando a carcajear, le parecía que eso iba a ser demasiado divertido.

El timbre ya había sonado, pero no le preocupaba llegar unos minutos tarde, nadie se atrevería a señalar al pequeño prodigio.

Se dirigió al lavabo y abrió el grifo, viendo el agua correr por unos instantes antes de meter sus manos bajo ella y tallar toda su extensión. Al principio fue un simple lavado, pero después comenzó a pensar en demasiadas cosas y no pudo evitar aumentar la intensidad del tallado, logrando abrir las pequeñas heridas que se había ocasionado la última vez.

Solo paró hasta que vió un rastro rojizo y tras sentir el ardor, apartó sus manos al instante y comenzó a toser, sintiéndose asfixiado.

Pegó un suspiro y luego tomó un pedazo de papel del expendedor para poder secar sus manos, restándole importancia a la sangrante herida.

Esto también estaba siendo demasiado duro para él, pero nadie tenía por qué saberlo.

Sacó su celular, luego de tanto pensarlo, y marcó al número de su llamada más reciente, llevándose el celular al oído para esperar pacientemente que atendieran, mientras que con su mano golpeteaba la pared rítmicamente con las pocas uñas que le quedaban.

- ¿Jungwon? - Se escuchó al otro lado de la línea, y el pequeño sonrió.

- Buenos días, lamento llamarle a esta hora - Llevo su mano libre hacia enfrente de su rostro, para luego llevar sus cortas uñas a sus labios y atraparlas entre sus dientes, mordisqueando ansiosamente.

- Sé directo, pequeño, estoy por reunirme con tu padre. - El menor se tensó - Dime lo que necesitas.

- Busco su permiso, sé qué hacer para acelerar este proceso. Igualmente se van a separar, así que me gustaría darles una ayudita - Logró decir entre el mordisqueo.

- Haz lo que quieras, pero se precavido, no quiero problemas de ningún tipo - Se le respondió desinteresadamente.

- Confíe en ello, la discreción es mi fuerte - Chasqueo su lengua, alejando al fin sus pobres uñas.

- Bien, entonces adiós, lo dejaré en tus manos.

Jungwon no pudo responder pues al instante se escuchó el pequeño tono repetitivo, él había colgado.

Stars | Sunki |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora