- ¿Me amarías sabiendo que nunca podré mirarte?
- Te amo, Kim Sunoo.
- ¡Estoy ciego, Ni-ki!
- Kim Sunoo, veo estrellas en tus ojos...
Kim Sunoo y Nishimura Riki pasan de un odio a un amor, viviendo una historia cliché en un lindo campo donde vivía e...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
~ Durante la mañana del siguiente día ~
Kim Sunoo había estado tan inquieto en todo el resto de la noche pero no justamente del mal modo, pues se trataba más de una extraña emoción que sentía cada que su mente se imaginaba la escena de los labios de Riki sobre los suyos propios, en momentos como esos odiaba no poder ver pues no tenía una imagen clara de como habían sucedido las cosas y ahora todo quedaba a su imaginación.
¿Lo peor de todo esto? ¡Ni siquiera conocía la apariencia de Ni-ki! No sabía si imaginarlo como un viejo de 80 años o como un niño de 12 años, pero por algun motivo su mente prefirió imaginarlo como un chico alto, rubio y de piel pálida, con ojos de color almendra y con vestimenta formal, con una edad alrededor de los 17 y 19 años, la edad perfecta para él.
En realidad su imagen no era tan equivocada, Riki si era un chico alto y de tez pálida, tenía la edad perfecta en su promedio y sus ojos eran color almendra, todo era exactamente él, menos ese tinte rubio, el chico era completamente pelinegro sin intenciones de decolorar un solo mechón de su pelo.
El punto aquí es que Sunoo no podía dormir. Kim era conocido por ser un soñador, tenía una gran imaginación que le era tanto buena como mala y ahora mismo empezaba a suspirar con escenarios ficticios que su mente le mostraba que trataban de él junto al chico alto en versiones futuras, le gustaba imaginar al pálido sosteniendo su mano y paseando juntos. Su mayor sueño era poder leer su rostro atraves de sus manos, poder tocar cada facción de su rostro y poder tener su imagen más clara del chico, pero si regresaban a la realidad sería imposible tan solo tocar su mejilla.
Sin embargo, despertó con ese deseo, quería ver el rostro de Ni-ki a través de su sentido. Quería imaginarlo bien, quería conocerlo.
Motivo fue suficiente para despertar desde muy temprano y ser el primero en utilizar la ducha, le pidió a su madre que escogiera las prendas con las que más lindo se veía y confío en ella al colocarselas. El blanco era justo su mejor color, así que la ropa se trataba de un pantalón de mezclilla claro que le quedaba justo de la cadera, marcando su cintura a través de la camiseta blanca fajada en el pantalón. Sunoo poseía una figura que a muchos les gustaría tener, pero no era muy admirador de mostrarla, por lo cual terminó colocandose un Cardigan holgado justo por encima de color crema con detalles negros, abrochando hasta el penúltimo botón por el calor.
No podía verse, pero se sentía bonito con todos los halagos que su madre le dió cuando lo vió completamente vestido. Sunoo se dejó pintar los labios por su madre con tan solo un bálsamo labial de ligero color rojizo que hacía dar más brillo al natural en él. Y entonces estaba listo, Kim Sunoo relucía por cualquier rincón.
- ¿A dónde tienes pensado ir tan guapo, Suni? - Su madre empezó a interrogarlo y Sunoo solo pudo guardar el bálsamo de su madre en uno de sus bolsillos.
