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Fue una cuestión de unos largos minutos para que Sunoo lograra calmar su sentimiento y eliminar las lágrimas de sus ojos. Pero cuando se sintió mejor se separó suavemente del cuerpo de Riki con sus mejillas encendidas pues el menor aún lo tenía sujeto por la cintura.

- Estoy mejor... Gracias.

Susurró con vergüenza y entonces el pelinegro reaccionó y apartó sus manos instantáneamente, había olvidado quitarlas de allí o tal vez era que ni siquiera quería hacerlo.

- Dices estar mejor pero mira tus cachetes.

Tomó el borde de su manga entre sus manos para acercarla al rostro del pelirosa y empezar a limpiar lo mojado de sus mejillas con la tela, provocando que cerrara los ojos y se dejara limpiar con un sentimiento extraño en su interior.

Apesar de ser un acto considerado como tierno, Nishimura no era el ser más delicado del planeta y por lo cual se ganó más de un quejido por parte de Sunoo que sufría cuando sus mejillas se estrujaban y raspaban por la dura tela del suéter de Ni-ki.

- ¡Ayy! ¿Tu suéter está hecho de piedra o qué?

Separó las manos del contrario sobre sus mejillas y sobó su suave piel con sus manos, manteniendo un puchero en sus labios con el que hablaba como si fuera su hábito natural, y a Riki le encantó eso. Pero como siempre, no lo mostraba.

- Uy pues perdón por querer ayudar, señora dramática. 

Se quejo de vuelta imitando inconscientemente el acto de Kim. Pues cuando Riki fingía estar molesto sus labios se abultaban en un pico similar al de un pato.

- ¡No me digas dramática, amargado!

Y entonces eso fue lo que le dió luz verde a Ni-ki para empezar con su divertida saga de hacer molestar al chiquillo, lucía tan gracioso su rostro cuando se enfadaba.

- ¡Señora dramática, señora dramática, señora dramática, señora dramática!

Repitió y se ganó un golpe en su pecho que logró llevar su cuerpo hacia atrás hasta tener que poner sus manos sobre el pasto para no irse de espaldas.

- Uy, si tienes fuerza - se burló - Típico de señora dramática. - Dijo aguantando una carcajada en su garganta que no pudo evitar soltar cuando el otro se levantaba del pasto.

- ¡Ahora sí vas a ver, Nishimura!

Se lanzó hacia él pero este salió corriendo antes de que pudiera siquiera tocarlo. Y entonces Kim se quejó más.

- ¡Detente ahora mismo! - Chilló y empezó a correr detrás de él.

Estaban en plena temporada de otoño, dónde las hojas de los árboles se tornaban de un color amarillento y caían secas de sus ramas para quedarse amontonadas sobre el suelo. Y era eso lo que ahora mismo guiaba al chiquillo.

Cada paso que Riki daba se resonaba con un crujir de una hoja seca que guiaba a Sunoo a seguir el sonido que era apenas audible entre la sonora risa del alto.

- ¡NISHIMURA!

Gritó con más fuerza para que fuera audible entre las carcajadas de quién escapaba. Su risa era tan única, sonaba en sus oídos como una bella melodía que subía sus niveles de dopamina en su interior, le hacía sentir en el pecho un gran alivio y empezó a formular unas risas que no demoraron en salir de forma ruidosa.

- ¡Ya detente, ya me cansé!

Sus risas entorpecían su correr y hacia que de pronto se tambaleara o perdiera el ritmo entre cada paso. Pero Ni-ki no parecía escuchar sus súplicas de parar, tomándolo más como un incentivo para seguir corriendo.

Stars | Sunki |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora