Durante la mañana siguiente, el señor Nishimura salió muy temprano de la casa rumbo al viaje de negocios en china, el cual estaba programado a tener una duración de dos semanas, dos semanas en las que Riki y Sunoo se tendrían que cuidar solos y sobrevivir con el dinero que el hombre les había dejado para aquel tiempo - aunque en realidad era innecesario -.
Sunoo y Riki se quedaron presenciado la despedida del mayor para que luego, cuando esté salió, ambos quedar solos en la inmensa casa.
Una casa tan grande para solo dos personas, muchos podrían decir que se sentiría solitario o frío, pero para ambos era la mejor cosa que les pudo haber pasado, el ambiente pesado se esfumó en cuanto el hombre cerró la puerta y, en su lugar, abundó la tranquilidad.
El reloj apenas marcaba una hora cercana a las seis de la mañana y ese día no tenían clases, era un aburrido sábado donde podrían descansar todo lo que quieran.
- ¿Volvemos a dormir?
Propuso Sunoo, quien aún traía puesta su pijama, muy al contrario a Riki, pues él ya hasta se había duchado y arreglado, sin embargo, eso no era un impedimento para aceptar la propuesta de su pequeño.
- Me parece bien.
Tomó su mano y juntos subieron cada escalón de las escaleras con una lentitud para evitar accidentes con Sunoo, aunque pareciera que se estaba acostumbrando muy bien a aquel hogar.
Una vez en la planta de arriba, ahora fue Sunoo quien arrastró a Riki a través del agarre de sus manos con rumbo a su propia habitación prestada, dejando a un japonés muy confundido con el acto, ¿Acaso pensaba en...
- Este cuarto se siente muy solitario, hazme compañía hasta que me duerma.
Aclaró el de cabello rosa - ahora un poco despintado - antes de que Riki pudiera pensar en otra cosa, cambiando así su expresión de sorpresa por una de ternura.
Cuando entraron, ambos se sentaron sobre la cama sacando sus zapatos y Sunoo se aventó directamente a la cama con una amplia sonrisa ante la comodidad en el colchón que no se comparaba con ninguno, sin duda los ricos tenían grandes beneficios.
Al segundo, el pelinegro se acomodó a su lado, bajo la manta que se sentía tan ligera para ser tiempo de frío y heladas. El chico a su lado comenzó a frotar sus manos entre sí y a llevarlas cerca de su boca para poder calentarlas un poco con su aliento, demostrando también con su temblor que estaba sufriendo de frío.
Aquello le causó mucha ternura y, sin avisar, se acercó más a su cuerpo hasta poder rodearlo con sus brazos y atraerlo a su pecho, haciéndolo tomar por sorpresa al principio, aunque en cuestión de segundos ya se encontraba acurrucándose más contra el pecho del japonés, dejando que sus fosas nasales se deleitaran con el aroma tan varonil de la loción que siempre usaba Riki, la favorita de Sunoo.
Por el contrario, el azabache hundió su nariz en el pelirrosa deslavado, siendo atraído por el aroma al shampoo que aún permanecía desde la noche anterior cuando había tomado una ducha antes de dormir.
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Stars | Sunki |
Fanfiction- ¿Me amarías sabiendo que nunca podré mirarte? - Te amo, Kim Sunoo. - ¡Estoy ciego, Ni-ki! - Kim Sunoo, veo estrellas en tus ojos... Kim Sunoo y Nishimura Riki pasan de un odio a un amor, viviendo una historia cliché en un lindo campo donde vivía e...