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Aquella mañana, Sunoo había despertado un poco más tarde de lo habitual, había pasado toda la noche dando vueltas en su colchón sin poder descansar ni un poco, para luego terminar quedándose muy dormido cerca del amanecer

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Aquella mañana, Sunoo había despertado un poco más tarde de lo habitual, había pasado toda la noche dando vueltas en su colchón sin poder descansar ni un poco, para luego terminar quedándose muy dormido cerca del amanecer.

Recientemente sus noches habían pasado a ser eso, provocando un gran cansancio en él durante las mañanas, incluso podría jurar que empezarían a formarse odiosas ojeras bajo sus ojos y realmente no quería lucir mal, no ahora.

Luego de haberse levantado, muy en contra de su voluntad debido al sueño aún cargado, se dirigió a la ducha con la esperanza de que el agua podría hacerle despertar y lo logró, o al menos un poco.

Se vistió y salió de la habitación rumbo a la cocina donde su madre ya le esperaba para desayunar.

- ¿Vas a salir, cariño? - Preguntó al ver su cabello tan bien cepillado.

- Sip, me gustaría ir practicando nuevamente con el bastón, para dejar de usarlo más pronto. - Contestó y se llevó una cucharada del cereal de su plato a la boca.

- Mmm me encantaría acompañarte, pero tengo que cuidar las cosechas, es tiempo de recoger. - Entonces Sunoo se sintió muy aliviado, su mentira había resultado bien.

- No te preocupes mami, me sé cuidar solo y si me llegase a pasar algo, sabes que todo el pueblo estaría atento.

Mostró una pequeña sonrisa y así continuó con su desayuno al lado de la mujer que le había dado a luz, ambos compartiendo una pequeña charla para acompañar su momento. Así hasta terminar.

Lavaron juntos los platos y limpiaron la mesa, dejando todo impecable para su regreso. Así, al terminar, ambos se dirigieron a la salida del hogar.

- Ten mucho cuidado, cielo. - Habló la mujer mientras le acomodaba el cuello de la camisa, dejandolo a la perfección para salir.

- No hay nada de qué temer, mamá.

Afirmó y sacó su bastón para empezar a andar hacia el rumbo contrario al que se dirigía su madre. Obvio antes se despidió tiernamente de la mujer.

Así fue como llegó a la casa de Riki y ahora lo tenía acariciando su cabello mientras sentía sus mejillas quemar y su pulso cardíaco aumentar ¿Qué era esa sensación?

Era correcto que son Sunghoon se sonrojaba muy seguido y se ponía nervioso, porque le gustaba, pero lo que ahora sentía con Riki era más diferente, no sé sentía tan nervioso, sino ansioso, quería sentir más de su caricia.

Bajo ese pensamiento, Sunoo empezó a restregar su cabeza contra el pecho del alto una vez lo envolvió en un abrazo. Sabía que podía verse muy empalagoso, pero Riki no parecía incomodarse.

- Luces como un gatito haciendo eso.

Soltó en una risita y separó el cuerpo de Sunoo del suyo una vez sintió que habían pasado demasiado tiempo así.

Stars | Sunki |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora