CAPITULO 27🚩

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Su cuerpo no era la gran cosa según ella, no lo odiaba ni lo vanagloriaba solo era una extensión de ella, pero después de todo lo que había sucedido, no podía ni reconocerse cuando se miraba al espejo.

Las cicatrices de las suturas mal hechas del hombro y el pecho sobre su seno, en el vientre varias otras marcas que parecían sraños o rasguños que quedaron marcados, las piernas magulladas y con manchas, su espalda con el recuerdo de latigazos, quemaduras y cortes profundos, había sido  violentada y abusada sin que pudiera impedirlo y eso destrozaba a ___, su propiedad ya no lo era más y se sentía desorientada, como si aquella no fuera su carne.

Se metió a la bañera con agua hirviendo, sintió el agua quemarle el cuerpo pero ya no le importaba en lo más mínimo, se quedó viendo su figura debajo del agua verdosa por las hierbas medicinales, no se reconocía ni a ella, y si no se reconocía, ¿acaso era realmente ella?

Lily entró al cuarto, bañarla era lo único a lo que Kaleb se habia negado, se enderezó un poco y la doctora empezó a recorrer su espalda con el jabón, y aunque le ardía, no decía ni una palabra ni denotaba ningún gesto.

Finalmente se secó y se cambió, era lo poco que podía hacer, no era capaz de caminar por completo, una vez vestida Lily llamó a Kaleb, quien la cargó hasta que estuviera sentada en la cama, de nuevo en esa estupida cama, ___ se estaba hartando de todo eso, que ni siquiera pudiera bañarse, que no fuera capaz de caminar, ser una carga para todos a su al rededor.

Tomo sus pastillas, de nuevo, le recordaba a esa etapa de su vida en la que vivía a base de ellas, en la camilla del hospital, había sido como si su vida se detuviera de repente, pero ahora no era así, su vida seguía, y seguía y seguía, pero ella se quedaba ahí, sentada en la cama mientras otros la cuidaban.

Era humillante.

Su pareja salió de la habitación un rato para hablar con la doctora, ___ escucho lo que decían un tanto entre cortado.

- Debe...cuidados...- era Lily.

- Bien...¿meses...?- Kaleb sonaba preocupado.

La chica sintió como su corazón se rompía de a poco, ¿meses de qué?¿De estar en cama?¿Meses para caminar? No pudo evitar que un par de lágrimas rodaran por sus mejillas y terminaran en sus labios, sintió el gusto salado de las lágrimas y se las limpio, lo que menos necesitaba ahora era terminar colapsando mientras se hundía en la tristeza.

Tomo la libreta del buró y su lapicero, volvió a la profecía, tratando de despejar su mente.

El Sol Negro //Kaleb x Lectora//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora