El Sol Negro //Kaleb x Lectora//

CAPITULO 28

Sam hacia los últimos acomodos a la antena que había atorado en el orificio para los audífonos de su celular.

-¡Jeremy ,no muevas la escalera!- se quejó.

-¡Pero estas muy pesada!- respondio el niño molesto.

Finalmente ambos terminaron cayendo, Jeremy al suelo de caracola y Sam en los brazos de uno de los guardias, ella le hizo una seña para decirle gracias y el le respondió igual, la bajó al suelo y la chica apretó un botón casero que había hecho con ayuda de su hermano, espero a que la cámara del celular se prendiera, el niño cruzó los dedos y ella sintió como sus manos empezaban a sudar.

Entonces se prendió, ambos sonrieron realmente extasiados.

-¿Baw?- fue lo primero que escucharon.

-¿Y eso?- Jamie miró al suelo y vio el holograma borroso de un enorme ojo negro.

- Cinco cero cinco, aléjate un poco de la pantalla- dijo una voz un tanto aguda.

Mientras más se iba alejando el ojo más se denotaba la figura de lo que parecía ser un oso enorme con una flor en la cabeza, detrás de el apareció un hombre de una enorme cicatriz en la mitad de su cara de lo que parecía ser una quemadura, dejando ver un poco de el músculo de la mandibula, pero a espaldas de ese hombre de bata apareció el agente con una enorme sonrisa.

-¡Sam, Jeremy!

-¡Kaleb!- exclamaron ambos hermanos al unísono.

-¡Jeremy ve por Nango!- dijo emocionada Sam.

Este asintió y pidió al guardia en Huahi que fuera por la princesa.

-¿Nango?- pregunto un voz familiar.

-¿A caso esa es...?- la joven estaba incrédula.

Kaleb asintió y desapareció de la pantalla un rato, el hombre de la quemadura y el oso también lo hicieron, cuando el joven volvió a aparecer, cargaba en sus brazos a ___, su rostro un tanto lleno de moretones, un camisón enorme y pantalones de pijama, su cuello estaba envuelto en vendas, Sam dejó escapar un grito ahogado, ¿era esa la misma ___ que había conocido?

-¡Sam!- la llamo con alegria-, que gusto volver a verte.

La chica apenas salió de su shock y respondio:

- También es un gusto ___.

- Sam- le llamó Jeremy-¿qué le pasó a ___?

Un silencio incómodo se instaló entre los cuatro, Kaleb pudo notar como los ojos de su querida se llenaban de lágrimas, antes de que pudiera responder, una voz muy familiar y emocionada gritó en la biblioteca Huachi:

-¡Luo lograron!

-¡Nango!- reconoció Kaleb.

-¿Nango?...¡Nango, princesa Nango!- ___ se estiró de más, como queriéndose meter en el holograma que se proyectaba en el suelo por la emocion, lo que provocó que el chico se balanceara un poco.

Antes de que cayeran 5.0.5 los tomó a ambos en un abrazo, impidiendo que la joven se hiciera más daño.

Sam sintió como la Huachi le abrazaba por detrás y miraba entusiasmada el holograma proyectado.

- Kaleb ereis tou- una gran sonrisa que dejaba ver los afilados colmillos de Nango se dibujó en su rostro.

- Claro que si- dijo, aún teniendo a ___ entre sus brazos-, ¿cómo has estado?¿Todo va bien?

- Clarou quei si, gracias a ti- la princesa notó la presencia de la chica que abrazaba su amigo-, ¿quién eis ella?

- Yo...Jimenez- la joven no podía ni hablar de la emocion.

El agente río un poco.

- Ella es ___, digamos que es una gran admiradora tuya- decidió presentarla el.

- Sam ya mei había habladou dei ella- miró a Kaleb con lágrimas de emoción, como las que se derraman en una boda-, dicei que tou lai escogiste.

"¿Escoger?,¿de qué habla?".

-¿Que le dijiste Sam?- preguntó el chico.

- Será mejor que lo descubras por ti mismo- se río un poco-, digamos que estás comprometido.

-¿Que?- ___ despertó de su pequeño trance de emoción.

- No es nada ___ - Sam le guiñó el ojo a la princesa y está solo río con complicidad.

•

•

•

La mansión ya no era lo mismo, desde hacía un par de semanas Flug había desaparecido misteriosamente junto a 5.0.5, lo único que quedó de ellos fue la bolsa del científico en el suelo de la biblioteca, y aunque siempre lo menospreciaba y humillaba, Demencia admitía que se sentía sola.

No había nadie a quien molestar, nadie que la sacara a pasear ni que preparase el desayuno aunque siempre terminaba comiendo un simple y soso cereal sin leche, ya ni siquiera estaba la mujer que le había regalado a su corazón cruel .

Río un poco al recordarlo, su rostro lleno de miedo, tratando de escapar de la silla de metal mientras ella se acercaba lentamente con el bombín en manos, realmente la extrañaba.

Aunque uno de los puntos positivos era que ahora tenía toda la atención de Black Hat siempre, eso era lindo, que el la reconociera solo a ella, que solo la llamara a ella, lo único que hacía era alimentar su amor enfermizo hacia él, pero de alguna u otra forma, no tenía sentido si no tenía con quien presumir de sus logros.

Caminaba por los pasillos de la mansión, viendo los cuadros desinteresadamente, ya casi no jugaba, solo cuando los Hat-bots se le acercaban de más para llevarla a su cuarto, pero fuera de eso la diversión se había terminado, ni siquiera desmembrar a los héroes más puros era suficientemente entretenido, sentía que ya nada tenía sentido y que ahora lo único que tenía era la Soledad de esa mansión donde ya no había nada de lo que le gustaba en antaño.

Llego a la sala de medios y se sentó en el sofá, derrotada por completo, se encogió en su lugar, como queriendo desaparecer por completo, hundiéndose en su reciente soledad y vida sin diversión.

Lo extrañaba, maldita sea que lo extrañaba.