Kaleb choco fuertemente en la pared y por poco caía, miro con odio a la enmascarada quien había envainado su espada y se limitaba a golpearlo repetidamente con esa escalofriante sonrisa.
-¿Me darás permiso de matarte?- pregunto de nuevo.
Se acercó a él y lo acorraló contra la pared, tomando sus muñecas para tratar de inmovilizarlo.
- Por favor, dime que si puedo matarte- le suplicaba.
- Ni en tus sueños- le dio un rodillazo en el estómago, alejandola de el.
- Por favor, dime que si, si lo hago mi amo estará muy feliz, concédeme mi deseo Kaleb.
Este tomo una caja con retazos de metal cercana y se la lanzó, haciendo que esta se cubriera la máscara, el agente tiró varios estantes, causando un caos en el departamento de armas, trataba de alejar a toda costa a esa lunática que lo perseguía.
Pero parecía que todo esfuerzo era en vano, ella saltaba entre el metal acercándose peligrosamente, Kaleb corrió lo más rápido que pudo y salió de la habitación para volver a estar en un pasillo iluminado por la luz rojiza, solo pensaba en escapar, después de unos momentos se dio cuenta de que corría directo al almacén, un atisbo de esperanza lo iluminó, "Ahí debe haber alguna copia de la bomba".
Las pisadas marcadas de los zapatos dando zancadas persiguiéndolo le heló la sangre, pero no se detuvo por nada, abrió lo más rápido que pudo la puerta de metal destartalado del otro lado del pasillo, se metió y con un palo de escoba medio chamuscado atranco la puerta con la pared apoyándose de un pequeño agujero, no tardó en escucharse como golpeaban el metal oxidado y el filo de la espada se coló en la pequeña ranura que existía, empezó a golpear la madera quemada del palo de escoba y el agente supo que debía darse prisa si no quería morir.
Empezó a husmear en los cajones y cajas de por ahí, el sonido de la madera quebrandose hacia que las manos le temblarán, no había más salida de allí, ese cuarto podría convertirse en su tumba si no encontraba lo que necesitaba, al ver que el palo ya no resistiría más, Kaleb empezó a buscar un escondite y lo encontró en una de las esquinas del almacén, donde cajas y un estante de metal podrían ayudarlo a vivir unos momentos de mas, pero no lo suficiente, "¿Así se siente un ataque de pánico?".
El palo de madera por fin cedió y la mujer trajeada entró en el lugar, miró por todos lados y se aseguró de que no hubiera otra salida, cerró la puerta de metal y la atranco con una silla cercana, empezó a pasear por el lugar, moviendo cajas y estantes para encontrar a Kaleb, no podía esconderse, se había llevado así mismo a un callejón sin salida, tarde o temprano lo hallaria, no pudo evitar preguntarse si todo eso estuviera sucediendo si ella aún fuese la voz en el cielo del muchacho, "Nunca lo sabre".
Una caja mal equilibrada callo cerca del escondite de Kaleb, quien templo de miedo al escuchar como ahora las pisadas se dirigían hacia el, pero de nuevo la esperanza le acogió, entre las cosas que se habían caído de la caja se encontraba una copia de la pequeña bomba de bolsillo, gateo con rapidez y sigilo, tomando la pequeña bolita entre sus manos y moviéndose a rastras por el piso tratando de no ser descubierto.
La ensombrerada miró a la esquina y no encontró nada, suspiró con decepción y volvió a revisar, pero antes de que se diera por vencida sintio un araño en el brazo, miró el suelo y notó una pequeña lanza improvisada hecha con metal y vidrio, miró en su dirección y sonrió al ver que Kaleb había sacado la daga de Tabet de su mochila y se disponía a pelear en su contra.
-¿Ya me dejarás matarte?- pregunto con entusiasmo.
- Veamos si eres capaz de hacerlo- se avalanzo contra ella.
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El Sol Negro //Kaleb x Lectora//
Fanfiction2da parte de "La dimensión equivocada", disponible en mi perfil. ° ° ° Ahora está de vuelta, Kaleb regreso a su dimensión, con más información de la que alguna vez pudieron imaginar, con un nuevo plan para detener a Black Hat, pero la incertidumbre...