CAPITULO 44

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Después de varios intentos ___ por fin logró encontrar el estudio de baile donde estaba 5.0.5, aferró la lanza a su pecho y abrió la puerta, recién entrar le llegó una horrible pestilencia a brea, encontró una sustancia negra y viscosa derramándose por las paredes y el techo, siquiera entrar fue toda una hazaña, los pies se le atoraban en la masa y no podía andar bien, entró a la sala de"BAILES DE SALON" y movió con bastante esfuerzo el mueble donde se guardaban las bolsas y mochilas, al no poder hacerlo lo suficientemente rápido, tomó la lanza y disparó el plasma, destruyendo el mueble, detrás de este se encontraba el elevador que la llevaría hasta las entrañas del cuartel, pulsó el botón para abrir el ascensor y al instante notó como era que la brea cubría por completo la cabina, se alejó de allí para no quedar enterrada entre esa extraña sustancia.

Cuando el ascensor quedó más o menos limpio se metió allí, apoyando su arma entre el suelo y la pared para después presionar el botón para descender, la bajada no duraba más de dos minutos, pero en ese poco tiempo la brea que emergía del suelo le subió un poco más arriba de los talones, cuando intentó salir del elevador se dio cuenta de que sus botas estaban pegadas al igual que la lanza, así que se sacó el calzado y caminó descalza por los pasillos de concreto, a cada paso que daba sentía como si le quemaran los pies y le enterraran agujas con limón en estas, la sustancia era la causante de este dolor pero no podía detenerse por ello, necesitaba llegar lo más rápido posible al laboratorio para tomar las perlas y encontrar a 5.0.5.

Avanzo mientras le caían gotas de masa negra del techo, quemándole la piel del cuerpo debajo de la ropa, haciendo que esta también se quemara bastante   impidiéndole caminar sin chillar, cada paso era una tortura y sus lágrimas solo hacían que las quemaduras del rostro se sintieran aún peor. Por lo cual se tragó su malestar y lágrimas caminando sin prestar atención a su dolor interno.

Pensó que ignorar el dolor sería suficiente para seguir su camino, pero fue todo lo contrario, lo sentía acumularse en su cuerpo, picandole por dentro mientras le revolvian los órganos y su sangre se sentía helada.

En un momento se derrumbó, ___ no podía aguantar el peso de su cuerpo y se sentía harta de seguir soportando el ardor de las quemaduras, se encogió en el suelo, como tratando de calmar el dolor, sin embargo lo único que provocó fue que más de ese líquido cayera en sus costillas y cuello, ya no podía más con su vida, su cuerpo estaba destrozado, su mente quebrantada y atormentada, ahí, acostada en las baldosas del cuartel de Podemos Bailar, pensó en dormirse y nunca más despertar, su dolor y cansancio ya habían sido demasiados, ella no era partidaria de considerar al dolor como maestro, ella quería disfrutar su vida, reír y bailar con alegría, pero lo que había hecho ese último tiempo era simplemente padecer la libertad que tanto tiempo le había costado reclamar de las manos de sus padres. No pudo más y lloró amargamente en el suelo que la quemaba.

Su llanto se volvió más fuerte, con alaridos y lamentos que resonaban por todo el lugar, desconsolada y dando por hecho su derrota final ante Black Hat no le interesaba en lo más mínimo conservar su orgullo si ello significaba desgarrarse por dentro gracias al dolor, solo esperar el momento en el que moriría junto con toda la existencia. Fue entonces que lo escuchó.

-¡Baw baw baw baw!¡Baw baw!- eran gritos de auxilio de 5.0.5.

___ detuvo su llanto y se levantó un poco con dolor.

-¡Bawbaw baw!- sonaba asustado.

"- Si te rindes demasiado rápido hija nunca lograrás lo que quieres- Miguel movio una pieza del tablero de damas chinas-, y si te rindes nunca sabrás que tan cerca estabas de la meta".

"Aún no puedes rendirte...estas muy cerca".

De a poco se puso de pie, soltando un grito ahogado como protesta por haberlo hecho, sus costillas dolían y también su apéndice, sus pies le rogaban que ya no caminara pero escuchaba los lamentos del oso.

-¡Baw baw!- parecía estar llorando.

-¡5...5.0.5!- grito ella entre quejidos-¡¿estás bien?!

-¡Baw baaawbaw baw!

-¡Si...sigue...hablándome no pares!- empezó a caminar mientras su cuerpo temblaba y sus músculos se contraían del dolor al igual que sus costillas que parecían apretar con fuerza sus entrañas.

La adrenalina del momento le dio fuerzas para seguir su andar a pesar de sus dolores y espasmos de debilidad, fue entonces que la tierra volvió a retumbar, haciéndola saltar y caer al suelo, la tierra se sumió en un horrible terremoto que amenazaba con enterrarla debajo de escombros de concreto, nuevamente quedó paralizada, no se movió, su ritmo cardíaco se alteró al igual que su respiración al mismo tiempo que su vista se volvía borrosa, "No ahora por favor".

Estaba sola, no tenía la ayuda de nadie y sentía que moriría, el temblar de la tierra le causaba escalofríos y era como si todo diese vueltas frenéticamente, de nuevo las súplicas del oso:

-¡Baaaw!

"Demonios,¡ levántate ahora mismo ___!", como si se tratase de un milagro, aún teniendo su vista de túnel y signos alterados se alzó del suelo y caminó rápidamente hasta la puerta del laboratorio mientras se tambaleaba, producto del temblor.

Se recargo en la puerta y la abrió, sintió como corría la misma sustancia de tinta del libro por el suelo, quemándole los pies descalzos, haciéndole soltar un grito de agonía, sabía que el Sol Negro debía estar ya coronando el cielo, miró frente a ella y encontró un enorme capullo de tentáculos de brea, como si quisieran ocultar algo.

-¡Baw baaaw baw!

-¡Tranquilo!¡Voy a sacarte de ahí!- logro decir entre dolores.

Busco por el suelo la caja de perlas y la vio hundirse entre la tinta, corrió muy a pesar de sus pies y la tomó antes de que se hundiera, quemándose los dedos  en el proceso, sacó el anillo de Kaleb de su bolsa y se lo puso en la mano izquierda, la luz dorada aumentó y ___ se acercó a los tentáculos, a pesar de que las perlas dispersaban la brea, no lo hacían suficientemente rápido, la tinta ya le llegaba hasta el pecho, le hacía estremecerse de calor mezclado con ardor, a tal punto de que ya casi no tenía sensibilidad en la piel, sin embargo todavía distinguía su ropa sobre su cuerpo, no iba ni la mitad del capullo, entonces tuvo una idea, abrió la caja con las pocas fuerzas que le quedaban, dejando al descubierto las perlas, su brillo hizo que los tentáculos se desintegran casi al instante, la joven vio a 5.0.5 con cara de alegría, sobre su cabeza, estaba una Flor de los dioses, tan brillante y dorada, tan resplandeciente, a ambos los inundó un brillo blanquecino lleno de paz que se volvió una sonora explosion que le reventó los oídos a ___, la onda expansiva hizo que la muchacha saliera disparada a una de las paredes del laboratorio, chocando con un mueble de metal que le pego en la nuca.

Se escuchó un fuerte ¡crack!, por debajo de la explosión mientras el Dios de la creación renacia en su máximo esplendor.

El Sol Negro //Kaleb x Lectora//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora