MARA
—¿Qué hago con mi vida?—dije, apretando los dientes.
Debido a lo concurrido que estaba viendo al hombre enmascarado en mi casa, puse cámaras ya que mi padre no me creía en lo absoluto de esta situación. Lo he estado viendo pocas veces, pero cuando pasa, da un miedo profundo, de esos que te erizan la piel y te quedas inmóvil sin saber cómo reaccionar.
La primera vez que lo vi, estaba en la sala viendo películas de terror por la noche. La sala tiene una ventana a la izquierda que da hacia un árbol que está en el jardín. Fue entonces cuando vi pasar aquel enmascarado, vestido con una capa y capucha, pasando cerca del árbol y desvaneciéndose en la oscuridad. Inicialmente pensé que era producto de ver tantas películas de terror a altas horas de la noche, con las luces apagadas y el volumen alto, pero el fenómeno continuó ocurriendo. Entonces, decidí llamar a mi padre ese día para contarle lo que estaba pasando.
—¿En serio crees que un enmascarado te observa?—pregunta mi padre.
—Papá, estoy segura, yo sé que no me lo imagine.
—¿No crees que es por el cansancio del trabajo? Nunca has trabajado, solo hasta ahora.
—Yo sé que no es así; yo sé que alguien me está observando o asechando— afirmé con seguridad.
—¿Sabes? Ese pueblo tiene mala fama. Dicen que han pasado cosas extrañas y que las personas que han nacido allí, resultaron ser personas mal de la cabeza.
—No me estás ayudando, papá—aclaré, molesta.
—Son solo rumores. La gente inventa de todo en estos días solo por llamar la atención—respondió.
—Espero que tengas razón. Quise independizarme y ahora resulta que estoy en un pueblo lleno de psicópatas.
—Hija, te estaré llamando para que me cuentes si algo sucede. Como sabes, a veces mi trabajo es muy ajetreado; reparar cosas lleva tiempo y esfuerzo y a veces no puedo llamarte seguido. Si ves que es necesario, habla con Mia para que se comunique con la policía del pueblo. Te amo, mi niña —dijo antes de colgar.
Mi padre se convirtió en mi confidente. Aunque tengo amigos y sigo en contacto con ellos, como Mia. Mi relación con mi padre es especial desde siempre. Después de que mi madre nos abandonara por otro hombre y formara una nueva familia, nunca se preocupó por mí, lo que me llevó a apegarme más a él. Gracias a su presencia, tuve una infancia feliz.
Después de instalar las cámaras, tome mi bolso y guarde las cosas necesarias para mi trabajo. Sali de mi casa y cuando di un paso afuera el sol me abrazaba con su cálida luz. El peso de la incertidumbre sobre lo que las cámaras podrán captar me sigue, pero la rutina diaria ofrece un breve respiro y es lo que necesito.
Estoy cerca del trabajo. Anhelo llegar a casa, dormir y revisar las grabaciones. Coloqué una cámara en el árbol, una en mi habitación, otra en la sala y una más en la cocina. Mi objetivo es captar al enmascarado con detalle y así poder tener información que recopilaré con la gente del pueblo.
Se hacia tarde para llegar al trabajo, pero igualmente no tenia afán, no hay mucho trabajo en un pueblo. Desde lejos, vi a Mia agitando la mano de manera descontrolada, tratando de captar mi atención. Acelere un poco mas mi caminata hasta llegar hacia ella. Tenía una expresión de descontento entrecerrando la mirada y con las manos en las caderas.
—Por fin llegaste Mara. Tenemos clientes esperando—me agarra del brazo y me guía hacia la clínica.
—¿Hay muchos clientes? —pregunté con una expresión de confusión, ya que nuestro consultorio veterinario usualmente no recibe tantos visitantes, especialmente porque solo es de animales y estamos en un pueblo pequeño.
—Bueno, es una pareja casada con cuatro perros. Estaban de turismo por el pueblo y se enteraron de nuestra clínica a través de las redes sociales. Quieren que bañemos a sus perros.
Mia y yo nos encargamos de la estética de las mascotas, mientras que la salud y el consultorio están a cargo de Lily y Marco, una pareja muy unida y también grandes amigos, aunque mi vínculo más fuerte es con Mia. Ella ha sido mi amiga desde la infancia, se preocupa mucho por su apariencia, especialmente por su cabello, que cuida con innumerables productos. Sus ojos cafés contrastan hermosamente con su cabello largo que le llega hasta la espalda.
Se mudó con su familia a este pueblo, Darkling Hill. Quería independizarme, así que le comenté sobre mi situación y ella me hablo de este pueblo. Además, como amo a los animales, el trabajo me pareció ideal. No le he mencionado nada sobre el enmascarado; no me parece importante cuando solo lo miro desde lejos, pero si algo sucede, tengo las cámaras como evidencia.
El día transcurrió sin incidentes; solo deseaba llegar a mi casa para comer y dormir, y por fortuna, así fue como lo había planeado ese día. A menudo me dormía escuchando la melodía de una caja musical con una bailarina, que encontré enterrada en el jardín trasero de la casa de mi padre cuando era niña y que se convirtió en mi objeto más preciado. La cuidaba mucho para que durara más tiempo y poder seguir escuchando la melodía que calmaba mis días apagados y me hacía dormir. Sin embargo, hace unos días, la caja musical se rompió inesperadamente durante una noche: la figura de la bailarina se salió de su lugar y el mecanismo dejó de funcionar. Con profunda tristeza, tuve que tomar una decisión y fue desechar la caja musical. Exhausta, me acosté sabiendo que al otro día no tendría que madrugar, pero justo cuando estaba a punto de dormirme, empecé a oír pasos. Había dejado la puerta de mi dormitorio abierta y sentí que la presencia se acercaba cada vez más.
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ROMANCE MALDITO.
RomanceMara decidió mudarse a un pueblo tranquilo, sin imaginar que conocería a un enmascarado. Esto sería lo peor, ya que después de conocerlo, su vida seria atormentada. Una fecha maldita. Un pueblo con secretos. Un amor enfermizo y a la vez maldito. No...