Con la mano descubierta que tenía saliva en sus dos dedos, comienza a moverlos circularmente en mi clítoris y dar pequeños pellizcos en este. Sentí un cosquilleo cuando hizo esa acción. Me sentía demasiado bien, que mi cuerpo pedía mas de este placer, mis pies se arquearon y mis muslos se tensaban con cada movimiento. Movía mi mano hacia arriba y abajo con una velocidad considerable en su miembro. El comienza a meter sus dos dedos en mi intimidad, me dio un escalofrió en todo mi cuerpo debido a la saliva de este.
—¿Te gusta que te meta los dedos un desconocido?—me susurra mientras me lame la mejilla algo provocativa—.Eso es, que tu coño sepa que yo tengo el poder de hacerte gemir.
La mano que sostenía mi falda la suelta y la utiliza para manosear y apretar uno de mis senos. Él se dirige a mi otro seno descubierto y comienza a succionar de forma brusca, esperando cualquier reacción de mi. Me muerdo mis labios con el fin de no soltar un sonido. Yo no pienso perder, el trato se hizo, sé que he disfrutado lo que ha provocado en mi cuerpo, pero un trato es un trato.
Comienza a meter los dedos más rápido, sacando y metiéndolos con el fin de que perdiera la batalla contra el placer.
—¿Debo enseñarte como masturbarme? Mueve más rápido tu mano—.dijo quejándose.
Le sigo sus órdenes mientras él jadea demasiado. Mis gemidos y jadeos se hacían presentes también, ya no podía ocultarlo mas. Él se reía de cómo mi cuerpo llegaba a su límite para llegar al orgasmo. Notaba como me rendía y por eso lo hacía de forma más brusca, como un acto de burla hacia a mí y a mi cuerpo. Solté mi mano de su miembro y tomo la muñeca de él, con mis dos manos con fuerza para frenarlo de una vez.
—¡Detente!—jadeo de forma entrecortada.
Se ríe de forma leve y se acuesta en el piso. Rodea mi cintura solo con un brazo y quedando pegada al pecho de él, inmovilizando por completo mis manos, dejando mis brazos pegados a los costados de mis caderas. Frota sus dedos en mi clítoris de forma mas brusca y desenfrenada. Intentaba moverme de un lado para otro, pero él me abraza con mas fuerza manteniéndome en la misma posición. Ya sentía que iba a llegar al orgasmo y él se dio cuenta de eso. Seguía frotando aún con su risa burlesca.
No pude aguantar. Mi cuerpo se contraía, y mi respiración se hacia mas pesada. Arqueo mi espalda llegando al orgasmo y poniendo los ojos en blanco. Termine dejando un reguero en la alfombra de la sala y en los dedos de él. Me desplomo acostándome sobre su pecho. Mis piernas temblaban, sentía mi intimidad demasiado sensible al tacto y más cuando él me da unas palmadas en el mismo lugar, haciendo que de pequeños brincos.
Da una ligera sonrisa y se chupa los dedos que estuvo antes en mi intimidad húmeda.
No lo podía creer, pero así fue. Había perdido la parte del trato. No había escapatoria y no podía retraer lo acordado.
—Listo, ahora—se para y se pone en frente de mi—abre la boca—dijo sosteniendo su miembro con una mano.
Mis piernas aun no respondían y sentía vergüenza conmigo misma. Había llegado al orgasmo por un hombre que ni le he visto el rostro. Lo peor del caso es que él gano, todo por sentir placer.
Me siento sobre mis talones y abro mi boca. Él estaba demasiado duro. Mis labios temblaban ya que sabia que iba hacer. Agarra de mi cabello con sus dos manos grandes y sin titubear, comienza a empujar con mucha fuerza mi boca en su miembro, embistiendo de manera descontrolada. Sentía las arcadas, puse mis manos en su pantalón y apretaba demasiado mi agarre. Salía lágrimas de mis ojos, sentía las arcadas demasiado bruscas.
De la nada note como su ojos se volvían de un color amarillo fuerte. Él sacudió su cabeza de forma precipitada y sus ojos vuelven a ser normales.
Esto tiene que ser un sueño, debe ser otro sueño erótico. No es normal que se le cambien el color de ojos a una persona.
—Mierda—sigue embistiendo y aprieta los dientes—lástima que nos tengamos que ir, tú ya estás tan mojada—añade teniendo una sonrisa retorcida.
Me toma por las orejas de coneja y toma un puñado de mi pelo. Empuja de nuevo y me agarra con fuerza, dejándome así por unos minutos mientras salía todo su liquido. Él jadeaba muy entrecortadamente, dando el último empujón y alzando su cabeza hacia atrás. Las gotas de sudor se esparcían y relucían de su cuello hasta su pecho. Su liquido salía por las comisuras de mi boca. Cuando lo saco aún seguía erecto, palpitaba y se movía un poco, estaba mezclado de mi saliva y del líquido que goteaba demasiado ensuciando la alfombra. Iba a escupir lo que quedaba hasta que el me detiene tomándome de los cachetes.
—Conmigo nada se desperdicia, trágatelo—aprieta con fuerza mis mejillas.
Me lo trago con un poco de dificultad. Se suponía que el trato era no correrme pero veo que él lo disfruto hasta el final.
—¿Te gusto?—se baja la máscara y me da unas palmadas con su miembro en mi mejilla—yo se que si—se rio de manera burlona.
—¿No podemos hacer otro trato diferente?—insistí y apretaba la capa de él.
—Ya hicimos un trato, confórmate de que no hice demasiado con tu cuerpo—se vuelve a poner el guante de cuero—debemos irnos ya, ponte las bragas y entra tu culo al portal.
Ese tipo entro por la brecha, yo pensé que era alguien del pueblo. Tiene mas sentido la luz que emanaba en mi cuarto. Ni siquiera era Dang.
—¿Este era tu plan desde el inicio?—fruncí el ceño, limpie mi boca con mi traje y me volví a poner las bragas y subir el escote.
—Te iba a secuestrar, pero tu traje de coneja me llevo por otro rumbo—se vuelve a cerrar la cremallera de los pantalones.
Él vuelve a mirarme y me analiza el rostro.
—De hecho, tú cara se me hace familiar.
Tenía miedo de ir al otro mundo con este tipo o que su mundo se tratara de tipos así como él, utilizando extrañas máscaras de cráneo de animales.
Me toma de la mano y aprieta con fuerza para no escaparme de su agarre.
—Vámonos—responde con tono fuerte y autoritario.
Mire a la mesa que tenía la sala de estar. Había un florero y tome el jarrón y en un impulso se lo estrelle en la nuca de él.
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ROMANCE MALDITO.
RomanceMara decidió mudarse a un pueblo tranquilo, sin imaginar que conocería a un enmascarado. Esto sería lo peor, ya que después de conocerlo, su vida seria atormentada. Una fecha maldita. Un pueblo con secretos. Un amor enfermizo y a la vez maldito. No...