Mara decidió mudarse a un pueblo tranquilo, sin imaginar que conocería a un enmascarado. Esto sería lo peor, ya que después de conocerlo, su vida seria atormentada.
Una fecha maldita.
Un pueblo con secretos.
Un amor enfermizo y a la vez maldito.
No...
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Otra vez entré en ese periodo donde Dang no aparecía por la casa, y no sentía su presencia. Había logrado materializarse frente a mí e incluso toqué su mano.
Solo me da curiosidad por saber más de: ¿Quién es Dang?
Los días pasaron y, afortunadamente, mi insomnio desapareció. Aunque tenía miedo de que Dang hubiera tomado forma humana con el plan de acercarse y, como mi padre temía, hacerme daño, en realidad no fue así. Al contrario, también pareció sorprendido por nuestro encuentro. Es extraño, algo me dice que lo conozco de algún lugar, pero no logro recordar de dónde pero su vestimenta se me hace familiar.
En los días siguientes, intenté usar mis sueños para conectarme con él, buscando tener sueños lúcidos. Si en algún momento soñaba, quería poder manejarlo a mi antojo y hacer que Dang apareciera en mi sueño para poder hablar con normalidad. Comencé a investigar sobre los sueños lúcidos y todo lo relacionado con los sueños.
Aprender a apoderarse de un sueño es complicado, ya que la clave principal para lograrlo con éxito es "saber que estás soñando". Los sueños se componen de cinco fases, siendo la última la fase REM, que es cuando realmente soñamos. Esta fase no dura mucho y suele ocurrir justo antes de despertarnos, aunque nos parece que ha ocupado toda la noche.
¿Cómo llegar a esa fase con naturalidad?
Para llegar a esa fase de manera natural, mi cuerpo necesitaba estar en una etapa de relajación profunda. Modifiqué un poco mi rutina nocturna: al llegar del trabajo, a veces me tomaba un tiempo para bañarme con agua caliente, asegurándome de que mi cuerpo estuviera relajado. Tomaba té y prestaba más atención a mis sueños. Aunque esto beneficiaba mi desempeño en el trabajo al estar más despierta durante el día, nunca lograba alcanzar la etapa deseada. Sentí que había perdido todos mis esfuerzos. Lo intenté de nuevo, esta vez con un video que vi en el trabajo sobre cómo inducir un estado de relajación profunda en el cuerpo.
—Si no funciona, no sé qué más hacer —dije, poniéndome debajo las cobijas y cerraba los ojos.
Con el paso de los minutos, ya sentía que me estaba quedando dormida. Luego, noté cómo alguien me tocaba por la cintura, experimenté un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo y abrí los ojos. Me encontraba en un bosque, iluminado únicamente por las luciérnagas y la luna. Estaba sentada en el césped, y aunque era de noche, el ambiente no era terrorífico; más bien, me transmitía paz, en mi y en mi mente. De repente, percibí la misma presencia que siento en mi casa. Era obvio, era Dang, estaba detrás de mí y lo sentía demasiado cerca. No quería mirar; aunque había hecho mucho para llegar hasta aquí, no estaba preparada para estar tan cerca de él. Al menos, una tacita de té ayudaría a calmar mis nervios. Pero no fue así.
—¿Mara?—dijo Dang con voz suave.
Aún sentía su cálida mano en mi cintura, percibí cómo colocaba su mano en mi mentón y lo giraba para que pudiera verlo. Ahí estaba el enmascarado, a pocos centímetros de mi rostro.
—¿Por qué estás tan nerviosa?—pregunta con un tono burlón.
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