Dang se levantó y me tomó de la mano para ayudarme a levantarme; luego, comenzó a limpiar su traje con sus manos.
—Un sueño lúcido, ¿no es así?—dijo.
—Sí, quería lograr que estuvieras en mi sueño para poder hablar contigo.
—Fue extraño; estaba soñando como siempre, y de repente me encontré aquí, detrás de ti.
Observé a Dang que exploraba el lugar con curiosidad, analizando todo a su alrededor. Caminaba adelante y yo lo seguía, tratando de no perderlo de vista.
—¿Es normal para ti soñar? A mí se me hace difícil—comenté, intentando mantener la conversación.
—Se me hace fácil señorita, solo que esta vez pues...fue diferente—dijo en voz baja, luego se giró para mirarme—en este caso, tú me trajiste.
—Lo siento, solo tenía curiosidad. Pero al parecer, sí se puede conectar con los sueños.
Sentía una emoción dentro de mi.
Mi plan funciono a la perfección.
—También tenía curiosidad de ti—se acerca a mi dirección.
—Bueno, yo también te he visto en mi casa, pero a veces simplemente desapareces de la nada—me alejé un poco de él.
—yo también te veo desaparecer—se acercó más—pensé que solo era mi imaginación jugándome una mala pasada.
Comienzo a dar pasos más rápidos hacia atrás sin dejar de mirarlo. ¿Qué está pasando? ¿Por qué el ambiente cambia repentinamente con este hombre? Dang se acercó más a mí dando pasos más rápidos, hasta que estoy recostada sobre el tronco de un árbol. Él colocó sus manos en el tronco a ambos lados de mi cabeza, impidiendo que me escapara. Se acercó a mi rostro y era difícil ver sus ojos, ocultos tras una tela negra. Mi respiración se aceleró y mi corazón latía fuertemente. Para ser un sueño, se sentía demasiado real.
—Tu rostro me resulta demasiado familiar—ya sentía la respiración de Dang demasiado cerca.
—¿Dónde?—pregunté, consumida por la curiosidad.
—Es difícil de recordar—murmuró, desviando la mirada como si intentara recordar algo—no se me viene nada a la mente —volvió a mirarme—. Por cierto, ¿Cuántos años tienes?
Su pregunta me hace quedar consternada.
—20 años—respondí.
¿Me reconoce? Es difícil saberlo mientras utilice esa máscara tan característica. Observé cómo Dang se alejaba. Retiró sus manos del tronco, se quitó la capucha y se distanció de mí, dejando al descubierto su cabello negro, ligeramente alborotado y de corte medio.
—¿Algo más que decir? Estas a punto de despertar.
No había comprendido sus palabras hasta que vi cómo el bosque comenzaba a destruirse de la nada.
—¿Te volveré a ver?—exclamé con tono urgente.
Quiero verlo de nuevo.
Aunque sea por unos minutos.
—Solo si sueñas conmigo, señorita —respondió, levantando un poco la máscara para mostrar solo la mitad de su rostro mientras sonreía.
Tiene una mandíbula perfilada y una sonrisa, realmente atractiva a simple vista. Creo que las mas lindas sonrisas que he visto hasta ahora.
—y volveré a ti—añadió.
El sonido del despertador me sacó bruscamente del sueño, marcando el inicio de conocer al chico, que se volvió mi mundo entero.
Pero yo no lo sabia en ese momento.
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ROMANCE MALDITO.
Lãng mạnMara decidió mudarse a un pueblo tranquilo, sin imaginar que conocería a un enmascarado. Esto sería lo peor, ya que después de conocerlo, su vida seria atormentada. Una fecha maldita. Un pueblo con secretos. Un amor enfermizo y a la vez maldito. No...