Capítulo 83

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Alev

192 horas, 11520 minutos - São Paulo

Mi cuerpo duele, me siento sucia, asqueada de todo, la herida de mis costillas sigue cicatrizando, me tienen de rodillas con las manos atadas, todo está en penumbras y siento que mi cuerpo se va a congelar.

Encienden la luz e intento acostumbrarme a ella, parpadeo varias veces levantando la cabeza para observar donde estoy. Es un sala amplia donde veo  que van entrando hombres enmascarados, pero sin armas en las manos.

—¿Nunca me habían visto la cara o les quede gustando?— espetó levantándome, la cadena a la que estoy atada está sujeta a la pared, por lo que no me da para moverme más.

Ninguno dice nada y el silencio ya me irrita, sin embargo llega alguien por un costado y me propina un puñetazo en mi mejilla.

—Que macho... — ironizó barriendo sus pies, cae al suelo y pongo mi pie en su garganta impidiéndole el paso de aire, pongo más presión escuchando crujir su tráquea de manera gratificante.

Vienen sus compañeros, pero antes de que puedan hacer algo levanto mi pie y con fuerza lo dejo caer en su cuello matando lo al fin, dos hombres me sujetan de los hombros y uno se viene contra mi dándome un puñetazo en el abdomen qué me saca el aire, sin embargo eso no borra la sonrisa de mi rostro. Estoy hecha un desastre, pero si hay oportunidad de matar a uno de estos hijos de perra, no la voy a desperdiciar.

El hombre vuelve a darme más golpes logrando que caiga de rodillas, de un puñetazo en mi mandíbula me manda al suelo escupiendo sangre.

—La princesa se despertó muy activa— escucho la voz robotizada del enmascarado— deberíamos darle un regalo por ello, no lo creen muchachos.

Todos responden al unísono mientras yo trato de recomponerme.

—Alev... — la voz de Kadri me hace levantar la cabeza con suma rapidez enfocando lo en mi campo de visión.

—¿Kadri...?

Lo traen muy golpeado, lo dejan de rodillas frente a mi a unos metros, la respiración se me corto en el momento en que lo vi, se suponía que él estaba en Rusia junto a Maxim, él no debería estar aquí, no así, debería estar bien y a salvo.

—Sabía que te gustaría mi sorpresa princesa, pero aguarda que este no es el regalo— habla el enmascarado colocándose frente a mi amigo y empezar a golpearlo sin cesar.

—¡Dejalo! ¡Me quieres a mi, golpeame a mi! — grito cuando veo a Kadri en el piso respirando con dificultad.

—Te equivocas, quiero verte sufrir, quiero que implores la muerte— el hombre se vuelve hacia mí tomando mi mandíbula entre sus manos— hacerte pagar por lo que hicieron.

—¿De quienes hablas? ¡Me tienes aquí, dejalo a él en paz!

Hace caso omiso a mis palabras incorporándose para volverse hacia Kadri, mi corazón se quiere salir de mi pecho cuando toma a Kadri del cabello levantandolo para que me mire, en eso el enmascarado saca un cuchillo y el sueño de mis padres en esa cabaña se repite...

—¡No, no, no! ¡No lo hagas, por favor!— imploro tratando de llegar hasta mi amigo.

—Disfruta de tu regalo— escucho la risa del enmascarado antes de clavar el cuchillo en el abdomen de Kadri y con eso se lleva mi aliento, saca el cuchillo y vuelve a clavarlo sin piedad, el hombre sin más sale del lugar como si nada mientras que yo no puedo respirar.

—¡No! ¡Por favor!

Me sueltan las manos de las cadenas y no dudo en correr hacia mi amigo que se encuentra tendido en el suelo. Tomo su cabeza y como puedo trato de evitar que siga sangrando, hago presión en la herida y escucho el quejido de Kadri.

La Reina del Infierno [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora