La Reina del Infierno [TERMINADA]

Capítulo 72

Alev

Mi cabeza va a estallar, escucho todo amplificado y siento que si me levanto me voy a ir de bruces al suelo.

—Alev, vamos despierta— me llaman y no hago caso cubriendome con la manta que tengo—. Levántate— me vuelven a decir jalando mis pies.

—¡Bien! Ya estoy despierta— me siento a regañadientes cubriendo mis ojos del imponente sol—, ¿Cuál era la necesidad de levantarme tan temprano?

—Ja, ¿temprano?— Massimo se ríe pasándome una pastilla para el dolor de cabeza— son casi las dos de la tarde Alev, da gracias que te deje dormir de más.

—¡¿Son las qué?!— abro los ojos sin poder creerlo. Joder, ya perdí toda la mañana, tengo que alistarme, no puedo malgastar más tiempo—, ¿por qué no me levantaste más temprano?— protesto levantándome de la cama para ir al baño.

—Cuando duermes es como si te dieran un sedante, duermes como roca.

Dejo de escucharlo entrando a la ducha para darme un baño con agua fría para despertarme completamente, no tardo mucho en el baño aseandome por completo. Salgo y veo que hay en la cama una muda de ropa limpia, me aplico crema por todo mi cuerpo hidratandolo antes de vestirme.

—¿Anoche dónde estuviste?— pregunta de repente el Italiano mientras continúa leyendo algo en su teléfono.

—En la fiesta, como todos— respondo obvia mientras termino de ponerme los botines negros.

—Hubo un tiempo en que no te vi— posa su mirada en mí tratando de ver más allá.

—De pronto estabas muy ocupado.

—Para no notar tu presencia, lo dudo.

—Pues yo no— digo acercándome a la mesa de noche donde veo que esta mi teléfono, lo tomo y busco dentro de su funda el número de Nicky. Lo marco llevándome el teléfono al oído.

—¿A quién llamas?— pregunta levantándose, le hago una seña de que espere y se calle cuando atienden la llamada.

—¿El gusto con quién?— preguntan.

—¿Te suena el nombre Queen?

—Su alteza, a qué debo el honor— escucho como suelta una pequeña risa.

—¿Aún quieres patearle el trasero a alguien?— comento con malicia.

—Claro, cuenta conmigo y mi organización— me dice y me agrada oír eso.

Ya hemos mantenido contacto durante un tiempo en donde encontramos varias coincidencias en nuestros mundos, también nos hemos ayudado en varias ocasiones.

—Necesito que viajen al norte de Asia.

—Para tu suerte aquí nos encontramos, nos comentaron de un alboroto en el mercado negro de Moscú y nos encargaremos de ello— comenta y no me puede gustar más esta grata coincidencia.

—Necesito que nos reunamos lo antes posible— pido.

—Por supuesto Queen, en una hora en el mercado negro, te enviaré la dirección del lugar— dice y en un momento me llega un mensaje suyo.

—Perfecto, allá nos vemos.

—Claro, aquí organizaremos los términos— espeta dando por finalizada la llamada.

Reviso la dirección que me envió y no queda tan lejos de aquí.

—Me dirás qué es lo que estás tramando y a quién quieres patearle el culo— el Italiano se cruza de brazos frunciendo el ceño.