Capítulo 12

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Massimo

Después de saber que mi pierna estaba mucho mejor que antes, decidí ir a ver a mi querida anfitriona ya que teníamos una reunión antes de mi partida devuelta a Italia, sin embargo cuando fui a su oficina en la mañana escuché que estaba hablando con alguien pero no supe el nombre de aquella persona y tampoco es que me importara la verdad. Me disgusto el saber que casi mata a Carlo pero también me confundió él que hacia con ella a esas horas de la madrugada.

Maldita sea hay mucha confusión en mi cabeza y no puedo permitirme eso, entro sin tocar a la oficina y la encuentro a ella en el balcón apoyada en la baranda y con su típica copa de vino. En esa posición me la imagino en una diferente escena logrando que se me ponga dura de inmediato, imaginarla a ella, su cuerpo en sudor gimiendo mi nombre...
Sacudo mi cabeza apartando ese pensamiento debo estar centrado en lo importante, me acerco a ella ya que aun no ha notado mi presencia, esta absorta en sus pensamientos.

-Linda noche no crees- digo parandome a su lado no responde solamente asiente tomando un sorbo de su copa-¿Estás bien?- pregunto frunciendo el ceño tomando una de sus manos para ver sus nudillos que están en un tono morado, muy lastimados.

-Si- responde intranquila quitando su mano- ¿de qué querías hablar conmigo?- pregunta parándose frente a mi.

-Sobre la mercancía que te quieres quedar- respondo hablando de lo que me interesa realmente.

-No se de que quieres hablar si sabes que ya es mía- dice dejando la copa en la mesa de al lado antes de cruzarse de brazos.

-Ese es el problema que no es de tu propiedad es mía- digo optando la misma posición- y necesito que me la devuelvas.

-Eso debiste pensarlo antes de desafiar a mi clan- responde apoyando su peso en una sola pierna.

-En cerio Alev no estoy jugando- digo perdiendo la paciencia- no querras iniciar una guerra donde todos tus seres queridos saldrían muy heridos- amenazó dando un paso adelante donde ella solo suspira mirando el cielo donde con la luz de la luna se ve en sus ojos grises una gran tormenta.

-Massimo... estoy tan lastimada mentalmente que tus amenazas no me importan- responde sin despegar la mirada del cielo.

¿De qué habla? Como que lastimada, ¿ella tiene sentimientos?.

-No te lo tomes a la ligera no sabes quien soy- digo volteando su cara para que me mire.

-Si se quien eres, eres Massimo Greco Rinaldi, tienes veinticuatro años, naciste en Sicilia el 25 de noviembre de 1996 este año cumplirás veinticinco años, tienes entrenamiento militar manejas más de ocho idiomas y sabes manipular todo tipo de armas de fuego- responde diciendo casi toda mi maldita vida dejándome totalmente sorprendido-. ¿Quieres que continúe?- pregunta ladeando la cabeza.

-¿Cómo sabes todo eso?- es la única pregunta que formulo a lo que ella solo se ríe y no pensé que su risa fuera tan dulce.

-¿Crees que dejaría entrar a mi casa a un desconocido sin antes investigar sobre él?- pregunta con diversión- ¿con quien crees que estas hablando con una cría de diez años?.

-Pues estoy hablando con Alev Yilmaz Aydin, eres una empresaria muy importante en todo el mundo, naciste en Estambul el 19 de septiembre de 1999 este año cumplirás los veintitrés años, eres dueña de la mayor agencia de modelaje que recibe el nombre de Heaven, manejas todo tipo de armas de fuego al igual que yo- respondo viendo como su boca formula una "o" de sorpresa- ¿continuo?.

-Entonces tu también has investigado sobre mi- dice colocando su manos en su cintura.

-Claro, no creeras que estaría en la casa de alguien sin conocerle- respondo encogiendome de hombros.

-Perfecto como ya sabes quien soy y yo se quien eres tu, sabrás que el cargamento se queda en mi territorio- explica entrando dentro de la oficina, la sigo cerrando las puertas del balcón.

-Hagamos un trato- propongo por lo que ella me mira confundida.

-¿Trato?.

-Si un trato, uno el que nos dividimos el cargamento en partes iguales- explicó por lo que ella sonríe sin creerlo.

-Si hipotéticamente acepto el trato, yo debería tener más que la mitad por los acontecimientos que ya conoces- responde caminando despacio por la habitació.

-¿Siempre tienes que hacer tu voluntad?.

-Siempre mi querido Massimo- responde acercandose a mi- además estas en mis tierras y en mi casa no tienes opción que aceptar.

-Ti odio così tanto- digo rodando los ojos a lo que ella sonríe "Te odio tanto".

-Fidati di me, lo faccio il doppio- responde cerca de mis labios airosa antes de alejarse "Créeme, yo lo hago el doble".

-Entonces hasta pronto Alev Yilmaz- digo en un susurro en su oído por lo que ella tensa el cuerpo. Me dirijo a la puerta cuando escucho su voz.

-Tenlo por seguro Massimo Greco.

Y solo con eso salgo de la oficina directo a mi habitación, mañana temprano partiré a mi tierra donde tengo que resolver el maldito problema de los Meyer. Que sinceramente aveces me dan ganas es de entregarlos a los Yilmaz pero se que no seria justo con los Meyer ya que estoy seguro que ellos no asesinaron a Kaan y a Melek, y entregarlos por una acusación injusta no es mi estilo.

Entro a mi habitación encontrándome a Carlo sentado viendo la foto de su hijo.

-Esta muy grande desde la última vez que lo vi- digo por lo que el se sobresalta.

-Casi me matas del susto- responde levantandose de la silla- y si este año cumple dos años.

Desde que conozco a Carlo nunca le encanto la idea de tener hijos o una familia, pero el día que se entero que sería papá lo vi más feliz y asustado que nunca. Me daba mucha risa cuando aprendió a cambiar pañales, quien lo diría un asesino de la Mafia italiana cambiando pañales. El pequeño Alessandro como él lo llama cambio su vida por completo ahora él es su razón de ser.

-Massimo.

-Umm.

-¿Nunca pensaste en tener hijos o casarte?.

Su pregunta me deja sorprendido jamás lo había pensado.

-La verdad no lo se Carlo- respondo sin más- es una pregunta que jamas me había formulado.

-¿Jamás se te cruzo por la mente formar una familia?- sigue con las preguntas

-Carlo no lo se, por ahora quiero dormir estoy cansado- digo acostandome en la cama de lado con lo que traigo puesto.

-Bien.

Carlo sale de la habitación cerrando la puerta y en eso me volteo mirando hacia el techo, me quedo pensando en las preguntas que Carlo dijo.

¿Casarme? ¿Formar una familia?

Jamás se me paso por la mente esas cosas siempre me he enfocado en mi trabajo y en mantener mi imperio en la cima, pero nunca pensé en mi descendencia o en ¿enamorarme?. El amor es para los débiles, los que se permiten tener debilidades simpre acaban pisoteados y yo no puedo tener el lujo de permitirme eso.

La Reina del Infierno [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora