Capítulo 63

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Massimo

Conozco a Alev desde los dos años... la cargue cuando era una bebé...

—Esta historia cada vez está más enredada— suspira ella dando vueltas por la habitación quedándose unos segundos de espaldas en donde puedo observar su tatuaje por la abertura que lleva su blusa, viendo el dragón recuerdo la cicatriz que note cuando estuvimos en el yate.

—¿Por qué es esa cicatriz?— pregunto de repente, noto como sus músculos se tensan, pero tenía que hacer esa pregunta, aún no olvidó lo que me contó, ese tema me ha rondando la cabeza desde el momento en que me enteré.

—¿Cuál... de todas?— carraspea dándose vuelta para verme.

—Quiero saber de todas, pero ahora, quiero saber de la que esta oculta por el tatuaje— respondo acercándome.

—Bueno... esa, esa cicatriz fue por... reusarme a que unos...— titubea al hablar pasando saliva, cierra los ojos como si recordara algo—, tengo esa cicatriz por reusarme a que unos hombres me tocaran— suelta rápidamente y no puedo procesar lo que salió de su boca, la ira me recorre todo el cuerpo, puedo escuchar el latido de mi corazón retumbar en mis oídos.

—¿Quiénes?— pregunto entre dientes acercándome a ella.

—Yo... solo se el nombre de uno...— responde evitando mi mirada intentando contener las lágrimas, tomo su brazo jalandola hacia mi, la rodeo con mis brazos dejando su cabeza en mi pecho.

—Dímelo— pido y se queda en silencio respirando pausadamente, siento como aprieta entre sus manos mi camisa con demasiada fuerza— Dime su nombre, reina, quiero saber ese nombre y hacerles pagar— tomo su rostro entre mis manos observando esos hipnotizantes ojos color tormenta llenos de lagrimas.

No puedo imaginar lo que vivió. Las cicatrices, las pesadillas, los ataques, el miedo, son rastros de su cautiverio, secuelas que quedaron en ella, marcas en el alma que no ha podido borrar.

—Dímelo, deja que los encuentre y los haga sufrir, deja que se arrepientan de haber intenrado sobrepasarse con una reina— pido pasando mis pulgares por sus mejillas retirando las lágrimas.

—Edel... Klein...— susurra separándose de mi y así saliendo de la habitación a gran velocidad.

Edel Klein... ese maldito bastardo lo conocí cuando entable alianza con el clan Meyer, hable y bebí con él...

Me quedo absorto en mis pensamientos hasta que un pitido en mi celular me hace reaccionar.

—Reporta— pido abriendo el programa de la pulsera.

Usuario en estado acelerado, pulso 120 por minuto, respiración; hiperventilando— empieza hablando Vi lo que hace que me mueva rápido saliendo de la habitación.

—Ubicación— ordenó guardando mi arma.

Carretera principal en dirección hacia el puente de Galata— responde mientras bajo de dos en dos encontrándome de frente con Bora y Kiral.

—¿Qué sucede?— pregunta Bora cuando intento pasar de ellos.

—¿Dónde está Alev?— secunda Kiral.

—Ustedes deberían saberlo. Esta es su puta fortaleza y ni siquiera saben cuando su señora ha salido— respondo pasando de ellos saliendo al estacionamiento.

Ubico el Mercedes AMG, saco las llaves ingresando en él, conecto mi teléfono pidiendo la ruta que esta siguiendo la reina, el sistema me la da y enciendo el motor dirigiéndome al lugar.

—Activación de micrófono.

Micrófono activado— me avisa y logro escuchar el golpe que le da al volante.

La Reina del Infierno [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora