La Reina del Infierno [TERMINADA]

Capítulo 52

Massimo

Me enfureció demasiado ver tal escena de Carlo besando a Alev, sentí mi sangre hervir, empece a ver todo en rojo.

—¿Qué harás ahora?— pregunto sin mirarla, Alev se ha quedado en mi habitación después de lo sucedido en su oficina.

—Seguir con mis planes, y tu— escucho como se levanta— te iras de aquí.

—¿Disculpa?— me volteo a verla con una ceja enarcada, un pequeño vestido cubre su cuerpo.

—Como escuchaste, no podré trabajar si estas aquí, así que, te iras con tu gente a una casa de seguridad de mi propiedad.

—No necesito de tus casas, para eso tengo las mías.

Me acerco a una distancia prudente detallando en sus hombros pequeñas cicatrices.

Recuerdo que ya había visto otras pero no le tomé importancia, hasta ahora.

—¿Qué te pasó?— paso mis dedos suavemente y siento como se tensa.

—Sucesos del pasado...

—¿Hablaras alguna vez con la verdad?.

—Si.

—¿Cuándo?.

—Muy pronto.

Detallo más las cicatrices y podría jurar que tiene más repartidas por su cuerpo. Noto que son de hace tiempo y por ello son casi invisibles pero se alcanzan a notar.

—Se irán a una de mis residencias y no está en discusión— vuelve a hablar retirando mi mano de su cuerpo—, queda a aproximadamente 35 minutos de aquí, así que podrán venir si es exclusivamente de trabajo. Lo personal queda fuera de este circuito.

—Perfecto, por ahora procura mantenerme al tanto de todo— me cruzo de brazos— y como te dije. No quiero secretos.

—Bien— responde a regañadientes tambien se cruzándose de brazos, poso mi mirada en su muñeca donde reside la pulsera.

—Veo que cumpliste.

—Dijiste que no me la quitara, además es bonita— se encoge de hombros restandole importancia.

—Un adorno digno de la monarquía— sonrió de medio lado viendo como se esfuerza por no sonreír.

—Me parece que tendré que regalarte algo también.

—No, lo que me regalaras será toda tu verdad, con eso quedaré más que satisfecho.

Rueda los ojos soltando un suspiro.

Quiero saber que es lo que oculta y haré que ese "pronto" llegue lo más rápido posible.

—Que intenso eres.

—Me obligas a tomar esa actitud, entonces aguanta.

Salimos de la habitación bajando al salón donde nos encontramos a mi padre junto a Kiral.

—Veo que se conocen bien— habló dirigiéndome a ellos.

—Contactos de trabajo Massimo— me responde Alev acercándose para saludar— se conocen gracias a mis difuntos padres.

No digo nada solo me limito a asentir antes de que mi teléfono empiece a sonar, lo saco respondiendo la llamada.

—Greco— habló esperando que la otra persona hable.

—Me encuentro en Estambul, mi padre a decidido venir— escucho la voz de Lia y siento que me va a reventar la cabeza, ahora qué quiere el lider de la Ndrangheta.